cap. 7

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Abre sus ojos verdes, centrándolos en la nada. Aún es temprano y oscuro. Suspira, alargando su brazo al otro de la cama, sintiéndolo vacío y frío. Agradece que el olor a coco-vainilla del omega siga en su almohada después de una semana. Aspira fuerte, para pararse y comenzar su día. Era día de clases y debía asistir.

Prepara su desayuno, en silencio, sin una pequeña voz a sus espaldas preguntándole cosas innecesarias y sin sentido. Tampoco hay suaves murmuros de canciones adolescentes, ni muchas menos caricias inconscientes en estómagos hinchados. Se había acostumbrado a tener al castaño cerca, aunque le costara aceptarlo.

Empaca todo y lo mete a su mochila. Después, se asea y se viste, con unos pantalones ceñidos, un suéter ligero y las botas que siempre usa. Camina hasta la escuela, nunca toma el autobús porque ahí desperdicia dinero, y lo necesita. Llega temprano, como siempre, pero tiene suerte de que Jeno también lo hace. En su salón, el rubio está sentando en su lugar, y cuando lo ve entrar, le sonríe.

—Buenos días, Sung—

—Hola, Jeno— le revuelve el cabello y se sienta a su lado.

El beta bufa.

—Odio que hagas eso—

—Lo sé— le sonríe.

—Y... ¿Has hablado con Renjun?—

Su sonrisa cae y hace una mueca, negando con la cabeza.

—No he podido, todo el tiempo está acompañado—

—Deberías intentarlo, Renjun es bueno y apuesto a que te escuchara—

—Aún así, ¿qué le diría?—

—Podrías empezar disculpábdote. Deberías tratarle con cuidado. Es un omega embarazado y siente mucho las cosas. Además, hoy debes hablarle si o si, ¿para cuándo está programada la cita?—

—Hoy—

—Entonces, ¿Qué esperas?—












Es el receso y sale caminando, con su mochila en el hombro y su desayuno en la mano. Entra a la cafetería, las omegas voltean a verlo, sonriendo y saludando de manera coqueta, como siempre, las ignora. Mira por sobre todas las cabezas, buscando una especial, una lacia y castaña. Oye su risa no muy lejos. Está en una mesa con Jaemin, su primo y otra alfa, no conoce su nombre pero sabe que es alfa, es mejor amiga de su primo y ha asistido a varias fiestas —familiares—.

Quiere ir y alejar al omega de ellos dos y gritarles en la cara que no volvieran a hablarle nunca. Pero se calma, necesita hacer las cosas bien y hablar con Renjun. Así que, vacilante, camina hasta la mesa, quedándose parado a un lado del castaño. Su risa para y aclara su garganta, poniéndose serio.

—¿Qué buscas, Jisung?— Jaemin pregunta.

—Quiero hablar con Renjun, ¿puedes irte?—

—Se amable— pide el alfa rubio.

—¿Podrías, por favor, largarte?—

—Pudo haber sido peor— recoge su basura. —Nos vemos después, Junnie. Mañana tenemos la asesoría después de clases—

¡ven aquí y ámame!    /      sungrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora