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— ¡Seo-jun! Te tengo buenas noticias — Llama el padre del chico. Este solo se acerca de mala gana puesto que apenas despertaba. No dejaba de pensar en los extraños sueños que tenía últimamente: dos esferas brillantes en la oscuridad que lo guiaban a la calidez de la vida y cuando estaba a punto de ver al dueño de las esferas... Lo despertaban.

— ¿Que noticias? — Pregunta el chico sin querer perder tiempo, aún tenía la esperanza de volver a la cama y continuar donde se quedó. El silencio inundó la sala y Seo-jun empezó a preocuparse. — ¿Que noticias, pá?

El mayor rió por su insistencia e impaciencia. Estaba bastante feliz para ser simplemente una noticia sin importancia, Seo-jun empezó a sospechar de que se trataba.

— Me ha contactado mi mejor amigo, ese que vivía con nosotros cuando eras un niño ¿Lo recuerdas?

— Un poco, no mucho... — contesta el menor sentándose en el cojín frente a su progenitor.

— Pues, tiene un hijo... — Informa con una sonrisa emocionada. Seo-jun solo lo mira espectante.

— Y...¿? — Insiste el menor. Su padre vuelve a reír divertido y suspira tratando de recuperar el aire.

— Pues... Cómo dije, me llamó está semana

— Como todas las semanas, pá... ¿Pasó algo? — El chico empieza a inquietarse. Odiaba eso de su padre, siempre daba vueltas antes de decirle algo.

— Pues acordamos que ustedes podrían... Casarse...

— No — Responde Seo-jun de inmediato y se pone de pie con una calma evidente — Si he de casarme, será por amor... Lo siento padre...

— Seo-jun, se que es repentino pero por favor, dale una oportunidad.... — Ruega su padre. Y suspira dándole un sobre — Si no aceptas, entonces... Cancelaré. Solo... Dale tiempo

El chico toma el sobre y asiente dándole un abrazo a su padre. Sale de la habitación volviendo a la suya. Abre el sobre con cuidado y empieza a sacar la foto, entonces lo ve... Su corazón se detiene, sus ojos no pueden apartarse de los del chico de la foto. Era imposible... Pero ahí estaba... Prende su lámpara y cierra las ventanas. Provocando una oscuridad total a excepción de dos esferas en la oscuridad... Seo-jun prueba mirando nuevamente la imagen y vuelve a las lámparas. Sonríe de forma incondicional sintiéndose en las nubes por un momento. Suspira apartando la foto y guardandola bajo llave en su cajón, abre las ventanas y mira el cielo.

— Te encontré...

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Su-ho había estado inmiscuido hasta el cuello en el último negocio, se sentía cansado, ido. Cuando terminó la junta, cerrando así el contrato pudo ir a su lugar favorito. Ignoró las constantes llamadas en su teléfono y se hundió en el agua con la camisa aún puesta. Sintió la calma que el agua le brindaba y pudo estar así por un momento más antes de que su conductor lo llamara.

— ¡Su-ho! Su padre lo está llamando

El chico ríe leve y lo mira desde el agua con una expresión más relajada que la anterior

— Por algo lo estoy esquivando, Yue... — Murmura y nada hacia la orilla con cierta dificultad .

— Pues si no llega a tiempo a su fiesta de cumpleaños a quien van a regañar será a mí — se defiende el conductor riendo y ayudando al chico a salir. Le da ropa limpia y van rápidamente hacia la mansión de Su-ho.

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— Sé que es bueno ser tan apegado a tradiciones pero esto... Esto es inaceptable ¡Soy su padre! — se quejaba un hombre en un suspiro lastimero que la mujer a su lado comprendía o fingía comprender.

— Su-ho siempre fue bastante claro en esto, Lee... Solo tienes... Que entender — La mujer sonríe y le da un rápido beso en la mejilla. El hombre sonríe ligeramente y asiente.

— Eres tan buena con él, me temo que no corresponda tu cariño — Murmura el hombre con pena aún.

— ¿Y? Es mi hijo, Lee... No compartimos sangre pero lo quiero como a uno... — Dice la mujer sonriendo aún con calma. — Además, quiero creer que no es necesario obligarlo. Ya verá solo lo que hago por él...

El hombre sonríe asintiendo y tomando la mano de su esposa, aquel hombre era padre de Su-ho; Jooheon Lee.

Suho entra a la sala y de inmediato es recibido con saludos por parte de los que estaban más cerca. Su padre solo lo mira con desaprobación y se adelanta a dar el brindis mientras el menor tiembla con un ligero escalofrío.

— Su atención por favor — pide el hombre con una sonrisa tranquila mientras toca su copa con una cucharita de postre — Gracias a todos por venir a mi festividad de cumpleaños... He notado miradas que se comen a mi hijo: Lee Su-ho, y me veo en la obligación de anunciar que él va a casarse próximamente...

La sonrisa del mencionado se borró por completo ante ello, miró a su progenitor como esperando que fuera una broma, pero en sus ojos notó seriedad. Pronto se vió hundido en felicitaciones y preguntas sobre la afortunada o afortunado. Su padre suspiró con una sonrisa forzada.

Sin embargo, no fue la única sonrisa que se borró entre el público. Metis, esposa del padre de Su-ho, la misma mujer que parecía estar a favor del chico, sufrió un leve cambio en ese momento.

"¿Cómo pude ser tan descuidada?" Fue lo único que pensó antes de forzar una sonrisa para recibir a su marido.

— No me lo habías dicho — Dice con voz dulce, como siempre. Aunque sus pensamientos iban a planes para sacarle la información.

— Lo siento, querida. Fue algo reciente. Mi mejor amigo y yo hablamos de la posibilidad de casarlos...  — Informa Jooheon con una sonrisa algo más relajada.

— Pero, si tan ansioso estabas pudiste conseguir a alguien de la ciudad, querido — Nombra Metis para tratar de ocultar sus verdaderas intenciones.

— Podría... Pero ninguna mujer u hombre quisiera a Su-ho aquí... Pero Seo-jun... Ambos se complementan perfectamente, te sorprendería lo mucho que se parecen y son diferentes a la vez. Estoy seguro de que él hará que Su-ho siente cabeza... — Habla el hombre con un tono de esperanza en la voz. Metis vuelve a forzar una sonrisa y asiente lentamente.

— Por lo que veo, Su-ho tampoco sabía... — Usa su última oportunidad. Su marido niega y suspira volviendo a su carácter serio.

— Tendrá que aceptarlo. Cómo te dije... Estoy seguro de que ambos van a ser un matrimonio estable...

La mujer no dice nada más mientras le da otro sorbo a su copa de vino. Realmente había sido descuidada. Ahora tendría que acudir a su plan de emergencia. Se abrió paso hacia su hijastro y sonrió dulcemente.

— Hijo, ¿Estás bien? — Su-ho no responde y suspira volviendo a mirarla.

— En perfecto estado, Metis — responde al fin con un tono de voz frio. Camina hacia su padre tratando de contener su irá.

"No voy a casarme" se repite una y otra vez...

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⏰ Última actualización: 3 days ago ⏰

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