capitulo 2

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En una montaña llena de árboles, se podía ver a un chico corriendo como loco, esquivando muchos obstáculos.

—Maldición, esto es complicado. A pesar de que yo hice todo el circuito y me lo sé de memoria, es demasiado difícil.

Cuando lo diseñé, se veía fácil, pero ahora que lo estoy recorriendo, se me olvidó que no soy mi antiguo yo.

—Vaya, estoy jodido. Ya activé el circuito, además, necesito que este cuerpo se adapte a situaciones como estas.

Necesito que mis instintos y sentidos se agudicen como antes.

Justo cuando estaba perdido en sus pensamientos, dagas extremadamente rápidas venían a chocar con él desde cuatro direcciones.

Reaccionó a tiempo, tomando acciones inmediatas.

Issei bloqueó la daga de su lado derecho con sus brazaletes de peso, tomó la daga y bloqueó la que venía de frente, luego desvió la de su lado izquierdo y apenas pudo esquivar la que venía por detrás de él.

—Necesito superar este circuito rápido, ya que subiré la dificultad de este terrible entrenamiento con el tiempo.

—Necesito poner en práctica todas mis habilidades, ya que una cosa es conocerlas y otra es poder usarlas.

—En mi condición actual, no sería capaz de usar tales habilidades, menos con este físico.

—Mi resistencia y fuerza aún no son suficientes.

—Tampoco soy capaz de mover todo mi cuerpo como mi antiguo yo lo hacía.

—Mis capacidades físicas y destreza aún no son suficientes.

—En este momento soy más fuerte que cualquier humano común, también creo que puedo contra demonios de clase baja, pero me falta mucho.

—Llevo cuatro meses entrenando; cuando acabe el año, seré capaz de más.

—También el control de mi objeto sagrado lo he mejorado. Ya que sé cuál es su función, fue más fácil usarlo que antes, cuando no sabía cuál era su función real.

—Pero aún no tengo la resistencia suficiente para usar las habilidades de mayor escala, las cuales son muy destructivas, más esas cosas que crearé en el futuro.

Pasó el tiempo. Issei terminó el circuito con varias heridas, pero no tan graves como para matarlo.

—Mierda, estoy loco al usar tal método. Debería ir más lentamente y con calma, pero no puedo.

—Maldición, cómo arde. Extraño mi cuerpo, que tenía una defensa bestial.

Bajó lo que sobraba de la montaña y se dirigió a su casa.

—Ya está amaneciendo. Debo tener cuidado de no ser visto. Hay poca gente, pero no quiero tener problemas, pues no es normal ver a un chiquillo tan temprano y menos con la ropa llena de sangre y desgarrada.

Mirando hacia atrás, pensó:

—No creo que nadie suba a la montaña, ¿verdad? No está activado el circuito, pero aún es peligroso.

—Nah, no creo. Además, nadie sube hasta ahí.

Rápidamente reanudó su camino.

Se dirigió a su casa, entró sigilosamente sin hacer ruido, se fue a bañar y a vendar sus heridas. Después, rápidamente bajó, agarró algo de comer y salió rápido antes de que lo vieran.

Pensando, se preguntó:

—¿Se darán cuenta si dejo la escuela por un tiempo? Tch, sí lo sabrán. No quiero problemas, así que mejor olvidemos eso.

Issei se dirigió a su escuela y fue directo a su salón. Se sentó en su banca y simplemente se recostó.

—Esta escuela está llena de malas experiencias que tuve.

—Aquí recuerdo cómo mi molesta hermana, de algún modo, hizo que toda la escuela me odiara, hasta los maestros. También el arrogante rubio con un ego enorme le ayudó.

—Y por último, y no menos importante, la matona que siempre me está agrediendo.

—Es una chiquilla de 14 años, es de segundo año, igual que yo. El idiota rubio es de tercero y mi hermana es de primer año.

—Esta tipa es la encargada de estar agrediéndome a diario.

—Además, la razón por la que nadie es capaz de ver mi cambio físico es por este collar, que es capaz de imitar mi apariencia. Yo lo uso para mantener mi antigua apariencia de debilucho.

—También tengo los anillos que ocultan mi objeto sagrado, ya que en estos días mi objeto podría ser fácilmente ubicado por un ser sobrenatural. También en el futuro me ayudará a ocultar mi poder.

Mientras Issei estaba perdido en sus pensamientos, alguien pateó su silla, haciéndolo caer y sacándolo de sus pensamientos.

Alzando la vista, pudo ver a su matona, la cual tenía una sonrisa burlona.

—Me estoy cansando de esto —fue un pensamiento de él, pero solo suspiró.

Mientras la veía, le llegó un pensamiento:

—¿Cómo es que esta chiquilla está tan desarrollada si solo tiene 14 años? No parece de secundaria.

—Además, no sé cómo decirlo, pero ella se viste muy provocativamente y con el cuerpo que tiene resalta más sus atributos.

Tiene el cabello lacio color negro pechos digamos muy bien desarrollados, un trasero grande, su cintura está muy bien torneada sus ojos son azules y un bonito rostro

A esta chica todos se la comen con la mirada hasta los profesores más como se viste una blusa que hace resaltar mucho sus pechos una falda muy corta que deja ver todo medias qué le llegan más arriba de las rodillas

Esta mocosa no parece de secundaria, pero creo que es genética; su madre debe ser igual o mejor que ella.

Puede ser muy bonita y todo, pero su personalidad es lo que echa a perder todo.

No puedo hacer mucho con ella; aunque la reporte, no harán nada. Usar violencia no sirve, solo me metería en problemas.

Aunque ella me golpee, no le harán nada. Saldrá limpia de todo, pues mi hermana y toda la escuela la cubrirán.

Se me ocurre algo, o más bien, se me vino a la mente algo que me dieron a leer esos dos idiotas una vez.

Pero no sé...

La chica, molesta por la falta de reacción de él, pateó a Issei en el estómago. Él no recibió daño alguno, pero tuvo que actuar como si le doliera, pues si no, ella seguiría haciéndolo.

Issei sacó a relucir su gran actuación para que ella se fuera.

Los demás alumnos solo se burlaban y reían de él.

Ver esas miradas lo enojaba.

Podría matarlos a todos en este instante, pero no tenía otra opción que contenerse; no podía armar un alboroto.

Pasó el día de clases recibiendo acoso, burlas, golpes, de todo.

—Haaaaaa, guau, qué cansado es esta vida.

—No sé cómo soporté la primera vez y no llegué a romperme.

Falta poco para acabar mi segundo año y esa tipa se largará, pero se irá sin haber recibido su castigo.

—¿En serio dejaré esto así?

No puedo dejar que se salga con la suya.

El regreso del heroe caidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora