Aparentemente, la tormenta no era sólo una amenaza.
Honestamente, es la excusa perfecta. Llama a su casa para avisarles que Yamaguchi regresó y va a quedarse en su casa mientras la tormenta pasa (¿podría pedalear las cuatro cuadras que separan su casa de la de Yamaguchi? Claro que sí, lo ha hecho antes. No quiere hacerlo justo ahora). Su madre seguro pensó que al fin había enloquecido y pidió hablar con la madre de Yamaguchi pero después de unos minutos de mirar a Kaori con preocupación en caso de que su madre se moleste, sólo la encuentra riendo y platicando con su madre entusiasmadamente. Kei sonríe un poco para sí mismo y regresa a ponerle atención al recuento de las aventuras veraniegas de Yamaguchi.
Ambos ayudan en la cocina para la cena e incluso si hay truenos a su alrededor, Yamaguchi está felizmente contándole todo, hace a Kei sonreír al verlo tan feliz. Yamaguchi le pregunta cosas y Kei le responde en su propia corta y seca manera, de igual forma, Yamaguchi jadea sorprendido, entretenido, maravillado. Accidentalmente menciona tener la cámara consigo y Yamaguchi le ruega por poder ver, lo cual lo hace sonrojarse aún más. Sí, al final, estaba haciendo todo esto para enseñárselo a Yamaguchi pero esperó tener más tiempo para aprender a editar o algo. Demonios, él y Akiteru comenzaron a filmar sobre la cinta que ya estaba en la cámara y quién sabe qué tenía para empezar.
Yamaguchi se sienta ahí, con ojos somnolientos mientras rebobina la cinta. Apenas anochece pero Yamaguchi le da una mirada a su reloj y le informa que es más de media noche para su cuerpo acostumbrado a otro horario. Kei ofrece regresar a casa en un intento de escapar pero la lluvia no se ha detenido y está consciente de que ninguno de los Yamaguchis lo dejaría ir de todas formas... cayó en su propia trampa, ¿ah?
Una vez que llega al comienzo, se da cuenta que es alguna fiesta familiar de la que Kei no se acuerda, lo adelanta y apenas ríe un poco al ver pasar dos manchas de cabello rubio que seguro son él y Akiteru, unos años más jóvenes, evidenciando el tiempo que la cámara tenía abandonada antes de que Akiteru la encontrara. La escena se corta a negro y Kei no recuerda qué es lo primero que grabaron, tal vez probándola en el ático, no importa, Yamaguchi sonríe con sueño así que Kei solo le pone play para que lo vea.
—...o creo que funcione —escucha su propia voz, pero todo sigue negro, Akiteru seguro olvidó quitarle la tapa.
—"No, mira, la luz roja significa que está grabando, y si hago esto" —Yamaguchi ríe ligeramente pero es lo suficientemente amable como para no decirle lo malos que eran usando la cámara.
La siguiente escena empieza con la cámara enfocando y desenfocando hasta que Kei reconoce la mesa de centro de su sala, hay dos vasos de té helado, con gotas de condensación corriendo por sus lados. Se mueve de repente y Kei se ve a sí mismo, de cabeza en el sillón.
—"Verano de 1997, Kei aún está llorando por la ausencia de Tadashi."
Kei mira a la cámara y se lanza hacia Akiteru, que tan sólo ríe, la cámara termina mirando hacia el techo pero aun se puede oír su pelea.
—"Borra eso."
—"No es como que pueda."
Kei, el que está sentado a lado de Yamaguchi, siente cómo toda la sangre se le va a las mejillas, tan rápido que casi le marea. Se aclara la garganta, vuelve a empujar sus lentes por su nariz y se decide a ignorar la pequeña sonrisa en la cara de Yamaguchi.
Hay algunas otras escenas, de cuartos vacíos alrededor de su casa, su patio, el parque al que van a jugar voleibol, seguro era Akiteru probando la cámara pero Kei siente que es una gran representación de su verano, incapaz de abandonar sus cuatro paredes, aburrido, monótono. Se acomoda en su asiento, incómodo, Yamaguchi ya le contó mil y una historias, e hizo un montón de cosas para que él esté aquí enseñándole nada. Bueno, hizo nada sin él.
ESTÁS LEYENDO
Verano, 1997 | Tsukiyama
Teen FictionCuando Tadashi le confesó que iba a ausentarse durante todo el verano, Kei no esperaba oír de él hasta que regresara. Y cuando Tadashi envió la primera carta, Kei se encuentra con una mezcla de sentimientos para los que no estaba listo para lidiar a...