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Pharita

Decidí que ver a Ruka dormir era mi cosa favorita.

Sus facciones estaban tan relajadas y su respiración tranquila, estaba boca abajo mirando en mi dirección y podía ver sus hombros desnudos.

Delinee con mi dedo su nariz, sus labios, sus ojos, hasta que llegue a la herida en su ceja y pase mi dedo al rededor con cuidado de no tocarla. Una mueca se formó en mi rostro.

Estúpido Yeonjun, lo peor es que todo era mi culpa, sino hubiera sido tan ciega...

-No hagas eso.-Me sobresalte cuando la oi hablar.- No te sientas culpable.- Todavía tenía los ojos cerrados.

A veces me sorprendia lo mucho que me conocía.

-Pero es mi culpa.

-No es tu culpa que Yeonjun sea un imbécil.- Abrió sólo un ojo para mirarme.- En todo caso sería mi culpa por tratar de ser un héroe.- Volvió a cerrar los ojos. No salió como esperaba.

Solté una pequeña risa.

-Gracias por defenderme.- Me acerqué a su mejilla para dejar un beso.

-Esperaba más agradecimiento que eso.- Dijo con una sonrisa mientras abría los ojos completamente.

Su rostro era tan tierno cuando recién despertaba.

-¿No tuviste suficiente anoche?- Levante una ceja.

-Nunca voy a tener suficiente de ti.

Después de eso no pude hacer más que acercarme y besarla, ella me correspondió al instante y puso su mano en mi mejilla.

No se cuanto tiempo estuvimos asi entre besos y caricias hasta que ella se levantó para cambiarse, no me gustaba la idea pero yo hice lo mismo.

Estaba abrochando mi pantalón cuando sentí sus manos en mi cintura, todavía no me ponía una camisa.

-Estoy enamorada de tu cuerpo - Dejó un beso en mi cuello.

-Y yo del tuyo pero nunca voy a terminar de cambiarme si me dices esas cosas - Me voltee para quedar
frente a ella.

-Lo siento.- Rio.

¿Como podía pasar de ser sexy a tierna en sólo un segundo?

Volví a besarla. Esto era un problema, sentía que no podía tenerla cerca sin tocarla.

Pasamos el resto del día viendo
películas en el sofá de mi sala.

Agradecí que mis padres no estuvieran así podía besar a Ruka las veces que quiera.

No quería despedirme pero ya era
tarde y no quería que ella tuviera problemas en casa.

-Luego te llamo.- Susurro contra mi cabello aun abrazandome. Asenti.-
Nos vemos.- Me dio un último beso y luego salió.

Suspire al cerrar la puerta y no pude evitar sonreír. Todo estaba bien al fin, no podía estar más contenta

Habían pasado unos diez minutos desde que Ruka se había ido cuando la puerta volvió a sonar. Fui a abrirla y me sorprendía a encontrarla al otro lado un poco... agitada.

-Lo siento...- Respiro con dificultad.-
Es que estaba a mitad de camino y... y me di cuenta de que no te lo había preguntado, uff no puedo respirar.- Se puso una mano en el pecho.

-¿Estás bien?- Reí.

-Si... Si.- Asintió.

-¿Qué tienes que preguntarme? - Levante una ceja. Sus mejillas se
tornaron rosas

-Eh... No se como preguntarlo, yo... yo quería saber, no pienses que
te presionó ni nada pero... mmh...
¿Quieresserminovia?- No me miró al
decir lo último.

Quise reír por lo nerviosa que estaba pero no quería que Ruka se sintiera mal, de todas formas quería divertirme con ella.

-¿Que?

-Vamos Rita... No me hagas
repetirlo.- Parecía incómoda.

-Es que no escuche.- Me cruce de
brazos.

Ella bufo antes de hablar.

-¿Quieres ser mi novia? - Pregunto
más claro esta vez.

-¿Está bromeando? - Pregunte
manteniendo mi postura.

-¿Qué?- Me miró asustada.- No... No... Pero si no quieres sólo dil...

Ya no pude aguantar más y me
acerqué a besarla antes de que le
agarré un ataque de nervios.

-Claro que quiero ser tu novia, tonta.
No tienes que preguntarlo.

Ella sonrió ampliamente antes de
volverme a besar.

-Puedo decirle a mis padres que voy a pasar aquí la noche.- Sugirió sobre mis labios.

-Eso me gustaría - reí

Try Me (Rupha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora