Para que conecten también, les recomiendo escuchar las canciones mientras leen <3
[10]
Diligencia.
"En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;"
Romanos 12:11
Hadasa.
«Alabaré...
Tú Nombre eternamente...
Por siempre y para siempre...
Yahweh...
Te Exaltare...
Bendeciré Tú Nombre...
Nombre sobre todo nombre...
Yahweh...»
La letra de la canción se cuela a través de mi alma.
Los tres días que no hice el devocional, lo he compensado con tres días de ayuno y oración.
He pasado tres días encerrada en mi habitación, solo salgo en la noche para cenar. Tres días adorando al Rey. Tres días dando gracias y pidiendo perdón por algún pecado que haya cometido sin saber, por mis padres, mis amigos, la iglesia, los chicos que evangelizo, por el negocio.
Apague el celular y no sé nada del mundo durante los días que he pasado aquí metida.
Esa canción termina y comienza otra.
En este momento estoy ministrando mi vida. Pidiéndole al Rey por mí. Por mi vida, mi integridad... Por mí. He pasado canción por canción cantando, no tengo la voz como los salmistas de la congregación, los que dirigen el servicio los domingos, hago lo mejor que puedo, lo hago desde mi alma, para Él.
El Espíritu Santo se pasea en mi habitación. Siento su hermosa presencia sobre mí. Es tan hermoso. Lágrimas de gozo ruedan por mis mejillas.
«A Él la Gloria...
A Él la Gloria...
A Él la Gloria...
Para Siempre, Amén...»
Las rodillas me duelen por estar tanto tiempo en el suelo, pero no me importa. Nada en este momento importa, nada importa más que la presencia de Mi Señor. Me siento llena, libre, en paz, arropada de amor. Me siento... Feliz.
No recuerdo cuando fue la última vez, que le dediqué al Señor tanta adoración, sé que mi adoración le gusta, y quiero darle más, más, más y más. Quiero estar llena de Él hasta rebosar, hasta que su unción me llene, hasta que su Espíritu caiga como fuego sobre mí.
Quiero ser un altar digno de Él, de su Espíritu, de su Hijo, quien se convirtió en mi mejor amigo. «JC». Él sabe todo de mí, y no porque sé que Él sabe todo de mí, sino porque yo le cuento cada cosa de mi día a día. Sabe mis inseguridades, mis sueños, mis deseos.
—Oh Señor...
Murmuro alabanzas al Rey.
«Oh Señor...
Reboza...
Mi copa...
De Tí...»
¿Cuánto tiempo ha pasado de verdad?
Ni idea.
Me di cuenta que oscureció desde hace rato, por lo que mi habitación está a oscuras y la única luz que resplandece es la de Aquel que me amó primero. Aquel que no le importó dar su vida por nosotros. Por mí. Aquel que ha hecho cosas que para el hombre son imposibles. Aquel que, a pesar de que nací en el evangelio, me ha guardado del mundo, me ha refugiado en su amor. Ha hecho una burbuja de paz y amor para apartarme de lo que no le agrada. Aquel que me escogió de entre millones y millones de personas. Aquel que le debo mi vida. Mi alma se alegra de su presencia. Cómo dice el salmista—mi bello rey David—, mi alma, así mismo le alaba y le desea.
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RADIANTES
SpiritualS. Juan 1:9-12 RVR1960 [9] Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. [10] En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. [11] A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. [12] Mas a to...