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Capítulo 2: Atisbo de esperanza


El sol se filtraba a través de las rendijas de las sucias cortinas, dibujando líneas doradas sobre el rostro de Jimin, quien yacía en la cama con la mirada perdida en el techo. El silencio de la habitación solo era roto por el leve ronquido de Sungwoon, durmiendo a su lado. Sungwoon, quien parecía estar en paz, ajeno a la tormenta que se desataba en el interior de Jimin. Jimin lo miraba con una mezcla de tristeza y resignación, sus ojos fijos ahora, en la manera en que el pecho de Sungwoon subía y bajaba con cada respiración tranquila.

Recordaba los primeros días de su relación, cuando su corazón se aceleraba solo con escuchar la voz de Sungwoon, cuando cada caricia, cada beso, le llenaba de una felicidad indescriptible. Ahora, esa emoción se había desvanecido, dejando solo un vacío abrumador. La pasión y el amor que una vez sintió habían sido reemplazados por una sensación de miedo y compasión. Se quedaba con él no porque quisiera, sino porque sentía que no tenía otra opción. No tenía a dónde ir, ni a nadie más en quien apoyarse. La idea de estar solo le aterraba, y así, se aferraba a la relación como un náufrago a un pedazo de madera.
Se sentía atrapado en una vida que ya no quería vivir, en una relación que ya no le hacía feliz y que lo lastimaba. Su estómago se revolvía con cada pensamiento, la náusea crecía, y las ganas de vomitar se hacían insoportables.
Incapaz de soportar más, Jimin se levantó rápidamente y salió corriendo al baño. El sonido de sus pies descalzos resonaba en el silencio de la casa. Abrió la puerta del baño de golpe y se arrodilló frente al inodoro, dejando que las náuseas tomaran el control. Vomitó violentamente, sintiendo como si cada pedazo de su ser se estuviera desgarrando con cada espasmo. Lágrimas silenciosas corrían por su rostro mientras se aferraba al borde del inodoro, su cuerpo temblando por el esfuerzo y el dolor.

Cuando finalmente se quedó sin fuerzas, se dejó caer en el suelo frío del baño, abrazando sus rodillas contra su pecho.
Las náuseas lo habían estado acosando durante días, y aunque al principio había tratado de ignorarlas, ahora no podía evitar pensar en lo que podrían significar, su mente se llenándose de preocupación. ¿Podría estar en cinta? ¿Cómo reaccionaría Sungwoon si descubriera que Jimin estaba esperando un cachorro? La sola idea lo llenaba de miedo y ansiedad.

Trató de apartar esos pensamientos de su mente, intentando convencerse a sí mismo de que las náuseas podrían deberse a cualquier cosa menos a un embarazo. Pero las dudas seguían ahí, persistiendo, como un eco constante en su cabeza.

Finalmente, Jimin decidió tomar medidas. Se levantó decidido y salió de la casa en busca de una farmacia. Cada paso que daba estaba cargado de nerviosismo. ¿Y si la prueba de embarazo resultaba positiva? ¿Y si tenía que enfrentarse a la realidad de que estaba embarazado?

Cuando llegó a la farmacia, se sintió abrumado por la cantidad de opciones disponibles. Finalmente, eligió una prueba, la más económica y la llevó a casa con manos temblorosas. Una vez en la soledad del baño de su casa, Jimin siguió las instrucciones con cuidado, su corazón latiendo con mucha fuerza en su pecho.

El tiempo parecía detenerse mientras esperaba el resultado. Cuando finalmente miró el pequeño dispositivo, no pudo evitar contener la respiración. Pero allí, en letras claras, estaba la respuesta que había estado temiendo.

Positivo.

El shock inicial fue seguido por una oleada de emociones abrumadoras. Con lágrimas en los ojos, Jimin se sentó en la tapa del retrete, dejando que la realidad de su situación se hundiera completamente.
Las lágrimas brotaron sin cesar, empapando su rostro y cayendo en cascada sobre el frío suelo del baño. La prueba de embarazo, irrefutable, yacía en el suelo, una cruel acusación de su desdicha.

I LOVE YOU, BOY | YOONMIN [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora