¿Cuándo ganaré?
Las preguntas que caminan en mi mente son tantas, siempre me pregunto cómo lograste que un chico se fijara a tal modo que no podría hacer otro que casarse contigo cuando veo a una pareja.
No es envidia.
Es curiosidad, quisiera ser deseada en este modo para alguien, que me mirase y lo único que podría pensar es estar junto a mi por toda la vida, tener dos hijos, un perro, vivir en una casita, viajar juntos por lugares lindos.
Y tener hijos lindos, que van a estudiar de todo, y van a aprender varios idiomas como su mamá, y seremos felices. Una estabilidad, un amor que no sea pasajero. Algo eterno, un amor de otras vidas.
Que se prometieron, que se amaron, a tal modo que hasta en otra vida quisieron vivir otra vez este amor, ni que sea encontrarlo al otro lado del océano.
Que sea dulce, caliente a la medida correcta, que sea veloz y lento, que sea todo y sea nada. Que sea vivir de estos lindos romances, no de películas, pero de vida, de personas reales con defectos y cualidades. De querer de verdad, de saber que soy celosa, y que me quiere. Saber que me encantan regalos, y cariños a todo momento y dárselo. O que me escuche hablar de un libro que me encantó, como yo te escucho hablar de aquel partido de fútbol, o de un nuevo álbum de un artista, de una canción que quieres que escuche.
Que toque, que bese, que sepa, que no sepa, que sea todo.
Y vuelvo a preguntar
¿Cuándo ganaré?
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PALABRAS SUELTAS, que un día decidí decir
Historia CortaAnécdotas de una vida que no es interesante. Normal como cualquier otra y llena de ilusiones.