Había cumplido 15 años hace dos dias, recibí la primera felicitación por mi vida, era algo extraño, sentir que alguien si valoraba tu existencia lo era, me estaba ahogando nuevamente en mis pensamientos.
“Ace! Mira, esa señora se parece a la de la foto que siempre cargas!”
La voz de luffy me desubico y me saco de aquel bucle ¿Cómo sabía de la existencia de esa foto? Pero aún así, el había mencionado que se parecía a la mujer de esa foto, cuando levanté la mirada vi algo que me congelo completamente.
“Ace ¿Quién es y por qué tienes una foto de ella?”
La voz curiosa de luffy evitaba que sufriera un colapso mental, la persona que estaba viendo era la viva imagen de mi madre, igual a la foto que siempre cargaba en mi bolsillo, tenía sus características pecas, su cabello largo y la misma flor en el cabello ¿Quién era ella? Me pregunté mientras mi cuerpo empezaba a reaccionar, temblores y unas agobiante ganas de llorar me invadían de manera frenética, estaba empezando a ver borroso, se me entrecortaba la respiración y escuchaba la voz de mi hermano como si estuviera a distancia.
-Ma.... mamá?-
Por un momento pensé en la posibilidad que haya sobrevivido al parto y me mintieron solo para protegerla, si era así, no la culparía por estar 15 años lejos, la perdonaría, le daría el espacio en mi vida sin resentimiento. Con todo el valor del mundo fui corriendo hacia ella ignorando los gritos de luffy, cuando llegue me encontré la mujer mirándome con una gran sonrisa siniestra causándome escalofríos.
-Señora...¿Cómo se llama?-
La sonrisa de su cara se borró a mi pregunta, esperaba con impaciencia que respondiera, cuando pronunció el nombre de mi madre mis ojos empezaron a llorar sin control, la abrace fuerte mas sin embargo recibí un rechazo de su parte quebrando mi corazón.
“Ace, te quiero, hijo mío.”
Sonaba a despedida, alce la mirada y ella se desvaneció en el aire, no quedaba rastro de ella de no ser por la flor que cargaba en su pelo ¿Cómo era posible? Podría deducir que fue su mente en un vil engañó pero luffy también la había visto, no comprendía lo que pasaba.
-Mamá...¿Por qué te vas?-
Me tumbe al suelo con frustración mientras agarraba fuertemente la flor y dejaba que las lágrimas que tanto había guardado por fin salieran a la luz, mientras más lloraba peor me sentía, empezaba a sentir náuseas y temblores por todo mi cuerpo.
“Ace, esa señora desapareció!”
Grito asombrado mi pequeño hermano, no lo podía culpar, el se asombraba con todo, más sentir que sus suaves brazos me rodeaban era un alivio para mí, guardo silencio apesar de que hablaba hasta por los codos, de alguna manera había logrado comprender que esa mujer era importante para mí, el nunca me había visto llorar y hubiera preferido que siguiera así.
-...Gracias.-
Me resigne a la verdad, ella estaba muerta y no se podía hacer nada más, me levanté del suelo con la flor aún en mano, la tiré al aire dejando que el viento se la llevará y me di la vuelta para volver por el camino por dónde había llegado.
-Vamonos, luffy, no se puede corregir a la muerte.-
Nos fuimos de aquel lugar, puesto estar ahí después de eso me estaba haciendo daño, cuando llegamos a nuestra casa, me senté en el suelo con los brazos cruzados y me quedé mirando a la nada, no tenía lógica ver un muerto a menos fue fuera un fantasma ¿Pero por qué sonrió así? Aquella sonrisa no era una de amor, era una siniestra y llena de misterios.
“Acee, vamos a comer ¡Tengo hambre!”
-Tu siempre tienes hambre, luffy.-
Murmuré con un tono burlón mientras me levantaba del suelo e íbamos en busca de algo que cazar.
La caza había sido buena, habíamos logrado atrapar un jabalí y dadan y ya lo estaba asando, mientras el olor de carne asada invadía mis fosas nasales la narcolepsia atacó, provocando que me durmiera. Cuando esto pasaba no solía soñar, puesto los momentos que me dormía no superaba los 6 minutos, más sin embargo está vez fue diferente, estaba en un lugar vacío y oscuro, mientras que miraba todo alrededor buscando algo que no fuera solo oscuridad y ahí está nuevamente su madre, está vez ella tenía los brazos abiertos esperando un abrazo, trate de correr lo más rápido hacia ella, pero no logré llegar, mis ojos abriéndose lentamente buscando orientación, me habían despertado en un mal momento y aún le debía ese abrazo a ella, me preguntaba cuánto tiempo seguiría con este tormento.
Mientras estaba comiendo, podía sentir murmurar a unas personas, no se escuchaba con claridad pero con cuidado me fui acercando para ver si era una amenaza.
-“Oye Sirius, es cruel jugar con ese muchacho, déjalo en paz.”-
Se escuchaba una voz masculina enojada, ¿A quien se refieren? Aproveche que estaban discutiendo
Y de forma silenciosa me subí a un árbol que estaba al lado.-“Que dices stvi, ver el sufrimiento de otros es entretenido, mi fruta puede generar los espíritus de personas y controlarlos a mi voluntad, aunque no entiendo por qué esa mujer le dijo "te quiero hijo" cuando le había ordenado que le dijera "no debiste de haber nacido"-
Entonces caí en cuenta por qué se sentía tan extraño la presencia de esa mujer, ellos la habían provocado, el enojo que me estaba invadiendo era inmenso, sin pensarlo más me tiré encima del que manejaba la fruta, empezando a golpear su cara repetidamente hasta verlo sangrar, más no era suficiente, le rompí la nariz a golpes y lo deje casi moribundo.
-Con que es divertido ver el sufrimiento de los demás, no?-
Mencione con una gran sonrisa antes de dar el último golpe para dejarlo inconsciente, me quite de encima y lo agarre de las piernas, arrastrando lo lejos de la casa hasta el bosque para dejarlo a su suerte.
-....-
Las palabras no le salían, quería matarlo ahí mismo pero solo sería mancharse las manos, suspire tratando de calmarme, le di la espalda a el cuerpo y tome camino rumbo a mi casa, luffy me estaba esperando para hacerme miles de preguntas, eso era seguro.
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🔥. ˙┇⃝★ 𝐄𝐋 𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐒𝐄 𝐄𝐗𝐓𝐈𝐍𝐆𝐔𝐄.
FantasyUniverso alterno donde Ace sobrevive a la batalla de marineford, lo que sucedió en ese campo de batalla lo marco de por vida, dándole consciencias por desiciones de su pasado. Los personajes que se verán en esta historia no son de mi propiedad, pert...