Daemonium

3

Después de varias horas ,el atardecer empieza a oscurecer la habitación de Fabio, entonces Iván empieza a sacar linternas y navajas por si acaso .

—Ahora se viene lo bueno.— Dice Iván que nada más terminar de decir eso su expresión cambia a una presa del miedo.

Lo que ve detrás de una columna una ánima extremadamente rara, tiene aspecto humanoide pero bastante deformado,sus extremidades son finas como palillos y largas como farolas, dientes naranjas y le esta mirando fijamente con sus peculiares cuencas oculares,similares a un pozo sin fondo pero a pesar de no tener ojos llegas a notar que te mira.
Cuando Fabio lo ve cierra de inmediato la puerta y pone una barricada y le dice a Iván que se esconda bajo la cama.
—Es real—Dicen ambos aterrados.
—Esto no puede estar pasando .—Dice Fabio.
Mientras la mente de Fabio colapsa, pensando en su pasado sus pensamientos son interrumpidos por unos gritos,gritos de adultos,los padres de Fabio,que han sido capturados por esa cosa.

Después de un rato de sonidos grotescos no se escucha absolutamente nada.
Las lágrimas empiezan a brotar de los ojos de Fabio ,el cual simplemente intenta no pensarlo mucho por qué ellos son los siguientes.
Después de un rato , cuando están a punto de salir de debajo de la cama se escucha un fuerte estruendo y se ven los largos pies de esa criatura, ambos se quedan en un silencio tan sepulcral que solo se oyen los ruidos del exterior, después de un largo rato, esa criatura decide irse , entonces Fabio e Iván salen de debajo de la cama.

—Mis padres,los ha asesinado esa cosa — dice en bajo Fabio.
—Tenemos que hacer algo —responde Iván.
—Pero es que no tenemos nada que hacer , esa cosa nos supera en fuerza,somos dos niños de 13 años,no podemos ganar — Dice Fabio que ha caido en una espiral de desesperación.

—ganar no ,pero sobrevivir si— Dice Iván.
—No tenemos comida ni agua — le rebate Fabio.
—¿Y esto que es?— dice Iván sacando de su mochila agua y comida que siempre lleva por si acaso y ya en varias ocasiones les ha ayudado.

—Menos mal has traído eso.— suspira aliviado Fabio.

—De nada por siempre traer recursos. —dice orgullosamente Iván .