T1 / CAP 2

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Meisos?

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Reina llevó a Haru a su finca, un lugar tranquilo y protegido, rodeado por altos muros de piedra y frondosos jardines. A medida que pasaban los días, Haru comenzó a adaptarse a su nuevo entorno, aunque el dolor de su pérdida nunca se desvanecía. Se convirtió en un joven introvertido y reservado, con un aire melancólico que lo rodeaba constantemente. Su cabello, antes bien cuidado, ahora caía desordenadamente sobre sus ojos oscuros, y su rostro, siempre sereno, rara vez mostraba una sonrisa.

Un día, Reina convocó a una reunión especial en la finca. Todos los Pilares habían sido llamados para discutir la amenaza creciente de los demonios y el ataque a la aldea de Haru. Haru fue invitado a la reunión, y aunque se sentía incómodo y fuera de lugar, aceptó la invitación, impulsado por el deseo de encontrar una manera de rescatar a su hermana.

En la gran sala de reuniones de la finca, los Pilares comenzaron a llegar uno por uno.

El primero en entrar fue un joven atlético con cabello corto y castaño, ojos avellana y una sonrisa amistosa. Se acercó a Haru y le extendió la mano.

—Hola, soy Hiroto. Es un placer conocerte, joven —dijo con entusiasmo. Hiroto Tanaka (Meiso de Viento)

—No seas tan informal, Hiroto —intervino una joven con cabello corto y oscuro, ojos ambarinos y una expresión gentil—. Recuerda, es una reunión oficial.

Hiroto rió y se rascó la nuca.

—Tienes razón, Ayame. Perdón por eso.

Ayame Kurosawa (Meiso de Agua), pensó Haru, memorizando su nombre y apariencia. Ayame llevaba un kimono blanco con detalles marinos, y había una calma serena en su voz y sus gestos.

Mientras Ayame y Hiroto tomaban asiento, la puerta se abrió nuevamente y entró una joven elegante con cabello largo y negro, ojos violeta y una mirada penetrante. Llevaba un kimono rojo con detalles dorados y se movía con una gracia casi sobrenatural.

—¿Ya están todos aquí? —preguntó con una voz firme y autoritaria.

—Aún faltan algunos, Reina —respondió Hiroto.

Reina Yamamoto (Meiso de Fuego), pensó Haru nuevamente. La Meiso del Fuego era imponente y su presencia llenaba la sala.

La siguiente en entrar fue una chica joven con cabello largo y castaño, ojos verdes brillantes y una sonrisa amigable. Vistiendo un kimono verde con detalles florales, se acercó a Haru con una mirada compasiva.

—Hola, soy Emi. No te preocupes, estamos aquí para ayudarte —dijo suavemente.

—Emi, no lo abrumes —interrumpió un hombre fornido con cabello rubio y ojos azules profundos. Su actitud segura y su sonrisa confiada contrastaban con la suavidad de Emi.

—Tranquilo, Kaito, solo estoy siendo amable —respondió Emi con una sonrisa.

Emi Suzuki (Meiso de la naturaleza) y Kaito Nakamura (Meiso del mar), pensó Haru, tomando nota de sus nombres y apariencias.

Finalmente, un hombre de mediana edad con cabello corto y canoso, ojos oscuros y una expresión seria en su rostro entró en la sala. Llevaba una armadura tradicional de pilar y su presencia inspiraba respeto inmediato.

𝕰𝖑 𝖆𝖘𝖈𝖊𝖓𝖘𝖔 𝖉𝖊 𝖑𝖆 𝖓𝖔𝖈𝖍𝖊 𝖊𝖘𝖙𝖗𝖊𝖑𝖑𝖆𝖉𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora