Paternidad Diabolik Lovers

Shu está en problemas

Karlheinz: B-bueno esto se está saliendo de control vamos a calmarnos y podemos ir a cena...

Shu: Ja ¿Eso crees? Esto se salió de control hace mucho y no hiciste nada y ahora tienes la desvergüenza de aparecer y arruinas mi tranquilo sueño

Karlheinz no sabía que hacer... si los regañaba frente a sus hermanos podía salir muy bien o muy mal. Si los regañaba podía trasmitir el mensaje de no hay que gritarle a papá, pero
no quería avergonzarlos frente a sus hermanos, pero tampoco puede permitir que le falten el respeto de esa forma ¿que debía hacer? Las dos opciones tenían sus ventanas y desventajas

Karlheinz: No quiero arruinar tu sueño pero

Shu: ¡Mi siesta son importantes, pero nada me molesta más que tu presencia!

Reiji: ¡¿Como te atreves a hablar así a nuestro...?!

Shu: ¡Eres un dolor de cabeza, pero esta vez no tengo un problema contigo así que no intervengas!

Reiji: ¡El problema si es mío porque a quien te diriges es nuestro...!

Karlheinz: Chicos no es necesario gritar

Shu: ¡Todo es por tu maldita presencia si no hubieras dejado en casa no estaríamos en esta situación y estaría en mi acogedor sillón o en mi cama o en cualquier lugar descansando!

Los Mukamis están un poco incómodos de ver como Shu le gritaba a Karlheinz y les molesta esa actitud y los Sakamaki estaban muy complacidos y sorprendidos por la actitud de Shu

Rosa espera un momento para dejar que Karl reaccione, pero cuando lo ve muy confundido. Rosa suspira y aplaude para llamar la atención de los presentes

Rosa: Bueno, al parecer Karl necesita un momento a solas con Reiji y Shu, los demás vamos a ir a comer

Laito va a llevarle la contraria a Rosa, pero cuando piensa en lo que podía pasar en ese momento a solas tiene un pequeño recuerdo de lo que experimento con el id*ota de Karlheinz y se detiene antes de decir algo.

Laito se va al comedor y sus hermanos lo deciden seguir. Rosa le sonríe a Karl para darle ánimos y se va detrás de los vampiros. Los vampiros no se van muy felices, pero preferían no meterse en los problemas de Shu, como lo hizo Reiji.

Reiji: ¡¿Como eres tan atre...?!

Shu: No puedo creer que

Reiji: ¡No me interrumpas!

Karl no podía creer lo mal que estaba llevando lo disputa de sus hijos