Capitulo 11

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Habían pasado toda la tarde en la universidad tratando de llegar a acuerdos y lo lograron.
Taemin era becario pero eso cambio, su beca se la iban a dar a alguien más y Jimin se haría cargo de los gastos. Mientras que Jungkook iba a donar dinero para otras dos becas más.

Taemin iba muy bien con las materias, por lo que iba a seguir cursando pero las prácticas iba hacerlas en la próxima galería. Por lo que los profesores al ver todo lo que estaban haciendo para ayudar al chico, decidieron apoyar. Al jóven le darían tutorias avanzadas, y sus trabajos serían relacionados a la galería.

Luego de dejar varias cosas pactadas, volvieron a casa.

-Buenas noches jóvenes, que desean para cenar-dijo Hoseok recibiendo a sus jefes

-Hola Hobi, no voy a cenar, gracias- respondió Jimin, estaba cansado

-Podes preparar algún jugo y un sándwich... algo liviano, para ambos- pidió Jungkook mientras seguía a Jimin, quien subía las escaleras. Hoseok asintió

-Voy a estar en el estudio, tengo que firmar unas cosas-avisó Jungkook

-Esta bien, yo voy a darme una ducha y luego voy a dormir- habló el castaño

-Le pedí a Hoseok que te traiga algo liviano, come. No duermas sin comer algo, en un rato vengo- dijo Jungkook y se fue.

Los minutos pasaron, Jimin salió cuando Hoseok ingresaba con la bandeja de comida. El castaño agradeció mientras comía su sándwich

Abrió toda la cortina de la habitación, la luz naranja del atardecer alumbraba toda la habitación y él desde la cama veía la gran vista.

Su casa estaba ubicada en un barrio privado, era una gran terreno para la pareja. La casa contaba con absolutamente todo, y las vistas eran increíbles.

El aire y el ambiente no era tan pesados como en la ciudad, sin embargo no era un tan puro como el campo. Aunque se acercaba bastante y cuando la palabra campo se hizo presente, se acordó de su abuelo. Sin pensarlo tomó su celular y llamó al anciano

-Abuelo!-dijo emocionado Jimin

-Como está mi pequeño?-preguntó el mayor atraves de la pantalla, estaban en videollamada

-Muy bien abuelo, como estas? Estabas ocupado?- dijo el castaño

-No pequeño, estaba pensando en que cenar. Iba hacer una pasta- respondió su abuelo

Jimin iba a responder pero Jungkook ingresó a la habitación

-¿Qué haces?-preguntó el pelinegro mientras se acercaba

-Estoy en videollamada con mi abuelo-respondió Jimin emocionado

-¿Es Jungkook?-preguntó su abuelo y Jimin enfocó al pelinegro

-Hola Abuelo Park-saludó Jungkook y el señor respondió con una sonrisa

-Como estas muchacho?. Estabas trabajando?-

-Sí señor, estaba un poco ocupado... espero que este bien y se este cuidando- dijo el pelinegro

-Si, estoy cuidándome, tengo que seguir vivo y en buena salud así llego a conocer a mis bisnietos-dijo el abuelo Park

Jimin se sonrojó y Jungkook esbozó una sonrisa

-Esperemos que muy pronto suceda eso- respondió Jungkook y luego se despidió. Iba a ir a ducharse para luego acostarse.

El castaño siguió hablando con su abuelo, y luego cortó. Estaba bastante cansado, quiso esperar a Jungkook y agradecerle por lo que había hecho durante el día. Pero no aguantó y se durmió.

Cuando Jungkook salió, vio a Jimin durmiendo. La luna y las estrellas ya estaban presente, se acercó hacía el balcón y cerró la puerta. Cerró un poco las cortinas, comió el sándwich y bebió del jugo, luego bajó a dejar las cosas y subió para dormir.

Entró a la habitación, apagó las luces y se acostó al lado de Jimin. Lo atrajo hacía su cuerpo

-Buenas noches, amor de mi vida- dijo mientras dejaba un beso en su frente y lo arropaba con su brazos.

Jimin se aferró a Jungkook, y el pelinegro pensó que el contrario seguía durmiendo, así que él hizo lo mismo. Pero el castaño estaba despierto. Las palabras resonaban en su cabeza.

El Jungkook de su pasado jamás lo habría tratado así. Y eso lo confundía demasiado.

Pero Jimin no sabía lo que pasaba por la cabeza del pelinegro.

Jungkook amaba a Jimin, se había enamorado de aquel chiquillo en cuanto lo conoció.
Jamás iba a olvidar a aquel pequeño de mejillas y labios grandes que lloraba por la muerte de su abuela. Los años pasaban y Jimin se ponía cada vez más hermoso.

Pensó que con Taehyung iba a poder olvidarlo, pero era imposible. Jimin era tan hermoso, tan perfecto qué no podía dejar de verlo, de seguir sus pasos. Lo admiraba desde lejos porque la diferencia de edades era notoria. Fue por eso que se convenció y decidió que era mejor seguir con Taehyung, pero el se fue cuando estaba comenzando a quererlo.

Se fue y dejo un vacio en su corazón, pero meses después Jimin volvió a captar su atención.

Para el pelinegro, Jimin era un ángel. Y tenía tanto miedo dañarlo, él sabía que lo hacía. El pequeño Jimin lo complacía en lo que quería y estaba tan seguro que siempre iba a pertenecerle que se había olvidado de el.

O fue así hasta él día que decidió acabar con su vida. A Jungkook se le derrumbo el mundo por unos segundos al ver al jóven en tal estado, pero ese día vio que a Jimin no le importó en lo mínimo que se fuera con Taehyung. Jungkook no soportaba que el de sonrisa cuadrada este a su lado, pero le encantaba cuando Jimin lo celaba así qué lo mantenía ahí.
Pero ese día todo fue lo contrario, al castaño nisiquiera le importó.

El se fue, pero a medio camino decidió ir a la empresa, se venía el contrato con Min y quería tener todo listo. Aparte quería darle una sorpresa a Jimin, era su primer aniversario como matrimonio. Quería llevarlo de viaje y quería dejar todo en orden para volver y que no sea tan agitado el trabajo.

Pero parecía que cada vez Jimin se alejaba más y fue peor cuando le pidió el divorcio. A Jungkook le cayó como un balde de agua helada, jamás se habría imaginado que el castaño pediría eso.

Su mundo dio vueltas, pero de algo estaba seguro. Jamás le iba a dar el divorcio, no iba a dejar ir a su razón de vivir, su todo. Porque para Jeon Jungkook, Park Jimin era todo.

Y Jimin no se había dado cuenta de eso, pero era así.

Jungkook sabía que era lo que a Jimin le gustaba, que era lo que odiaba, conocía cada uno de sus gestos y con solo mirar sus ojos color avellanas veía el alma del castaño.
Cada cosa que el castaño pedía, el se lo concedía. Porque para Jungkook no había nada más lindo que ver la sonrisa de su esposo.

Jungkook amaba a Jimin a su manera, para el pelinegro el hecho de estar casados ya era la muestra de sus sentimientos.

Almost DivorcedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora