3. ¿Tienes hambre?

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Seúl, 2019, 10:50 PM

-Cuenta conmigo para... lo que... gustes.

A estas alturas, era más que claro que entre las dos personas que iban sobre ese auto había una química que era innegable.

-Lo seguí a un restaurant bar al que solíamos ir... es muy exclusivo...no dejan entrar a cualquiera.- comenzó a relatar.

-Jimin... no me debes ninguna explicación..

-Quiero que sepas el contexto...no es justo que te metas en algo y que no sepas en donde estás parado..

El pelinegro asintió y continuó con la vista hacia el frente.

-En cuanto entré, el capitán de meseros puso una cara... fue un sueño... apenas me vió vino a mi encuentro para decirme que mi mesa de siempre no estaba disponible... el muy cínico le llevó a nuestra mesa, ¿puedes creerlo?... la misma donde me pidió formalizar lo nuestro...- decía con cierta ironía en sus palabras.

-Pasé de largo al pobre hombre para dirigirme hacia el privado donde se encontraba la mesa, es un área VIP...no necesité llegar hasta ella... los ví de lejos... bailando en la pista... abrazados y... besándose. - terminó de decir bajando de nuevo la vista. -Es un chico de clase media... lo sé porque vestía justo lo que el idiota suele regalar... la misma marca de siempre.

-¿Lo amas?- preguntó ahora el conductor. -Hablas como si...

Jimin regresó su vista hacia el pelinegro y después de pasarse la lengua por los labios, elevó sus hombros.

-No lo sé. No quiero mentirte diciendo que no me duele, pero, a decir verdad, no sé si lo que me duele es por orgullo o por algo más.

-No creo que sea amor- dijo el pelinegro.

-¿No?

-No. Si no, habría sido lo primero que hubieras mencionado.- le dijo con seguridad.

Jimin le mantuvo la mirada unos segundos.

-¿Tienes hambre Yoongi?- le interrogó.

Yoongi llevó sus ojos al retrovisor para mirarle. Esa no era una invitación a comer algo. Lo supo en cuanto vio esos ojos y en cuanto su entrepierna comenzó a molestarle. Elevó una de sus comisuras y negó con la cabeza.

-¿Quieres comer ramen?- le preguntó Jimin arqueando sus cejas y mordiéndose un extremo de su labio inferior.

Yoongi volvió a tragar saliva, su manzana de Adán parecía bailar en su garganta.

"En doscientos metros, gira a la derecha..."

El NAVERmaps rompió la ensoñación de aquellos dos.

-Dobla en la esquina... ya no quiero ir a ése destino.- le pidió el rubio.

-Me pondrán una sanción en la app...- rió bajito.

-Te pagaré el doble de lo que marcó y cancelaré el viaje, no será tu culpa.- le aseguró. – Vamos, quiero ir a mi casa...

Yoongi vió como el chico sacaba su teléfono y abría la aplicación, de pronto le llegó una notificación de cancelación.

-Eres mío Yoonie...- le dijo Jimin acercándose peligrosamente al respaldo del conductor, colocando sus manos en cada hombro del pelinegro. Yoongi solo sonrió apenado.

-¿Eso que estoy viendo es un sonrojo? Mm?- preguntó coqueto el menor colocando ahora su mentón sobre el hombro derecho del conductor y liberando una tierna carcajada.

El semáforo marcó el alto.

Yoongi giró su rostro hacia la derecha y en acto reflejo pegó su nariz a la del rubio pasajero. Sus alientos chocando mientras los dos no dejaban de verse a los labios. Ambos fueron acercándose poco a poco, lentamente... más y más cerca.

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