4. La Alfombra

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Seúl, 2019, 11:05 PM

El sonido de los besos y jadeos se escuchó por todo el pasillo. Trataban de caminar, pero ambos se negaban a perder el contacto, así que avanzaron chocando contra puertas y paredes, provocando risas cómplices y uno que otro "auch" por parte de alguno de los dos.

Lograron llegar hasta la puerta haciendo un esfuerzo titánico por no arrancarse la ropa en pleno pasillo. Jimin se giró para quedar frente al acceso y teclear la clave, pero el pelinegro le presionó reteniéndole las manos contra la misma al querer sentirle cerca y besarle el cuello con devoción.

-Ahh..- expresó Jimin al sentir la cálida lengua de Yoongi pasear por su nuca. Trató de enderezarse, pero el pelinegro le volvió a estampar contra la puerta. Esta vez, el rubio pudo percibir en su prominente trasero que Yoongi estaba "más que dispuesto"

-Yo...Yoon..gi, es..pera- le dijo con trabajo. El pelinegro parecía estar en otro plano, totalmente absorto en el cuerpo ajeno. No le daba tregua.

Al fin Yoongi necesitó aire, lo que le hizo alejarse un poco, cosa que Jimin aprovechó para introducir la clave y lograr abrir el acceso principal.

Apenas se introdujeron, Yoongi cerró la puerta detrás. Ambos agitados, con algo de sudor en la piel.

-Ah..ah..- el rubio trataba de controlar su respiración. -¿Quie..quieres algo de... beber?- le ofreció al pelinegro mientras Jimin dejaba su chaqueta sobre el sillón y trataba de recomponerse un poco.

Yoongi que se encontraba parado en medio del recibidor dando un vistazo a todo el lugar, llevó sus manos tras su nuca y abrió la boca para recobrar el aliento.

-¿Yoon?- insistió el rubio que ya regresaba con un par de copas en las manos.

-Lindo lugar...- comentó el pelinegro y tomó la copa de las manos del contrario. La llevó hasta su boca y dio un pequeño sorbo. Arrugó la frente al degustar el líquido y alejó la copa para observarla.

-¿Es...?

-Champaña...- le respondió el rubio. -Disculpa... no tengo otra cosa... casi no paso por aquí.

Yoongi afirmó con el mentón y caminó un poco hacia el interior de la sala.

-Todo luce muy nuevo.- dijo Yoongi dando unos pasos más hacia un enorme ventanal con largas cortinas, dándole la espalda a su anfitrión.

-Te lo dije... - insistió Jimin. -Casi no paso por aquí...- comentó y pudo notar cierta incomodidad en el pelinegro.

-Nunca he estado con nadie aquí Yoongi... no soy esa clase de persona- le aseguró.

El pelinegro se volvió para verle de frente. El rostro de Yoongi era difícil de descifrar. Su semblante era serio, sin gesto alguno. Jimin comenzó a ponerse nervioso, talvez se había arrepentido de llegar hasta ahí. No supo cuando sus ojos se encontraron con los contrarios. Ambos clavados en su mirada. De pronto, Yoongi desvió la vista hacia el piso.

Vio la enorme alfombra afelpada color marfil que cubría todo el espacio, parecía como si debajo de ellos hubiera un enorme gato persa.

Terminó con el resto de su bebida de un solo trago.

-¿Es cierto que es suave al tacto?- le dijo mirando a Jimin y luego hacia la alfombra.

Jimin sintió un alivio dentro de sí. ¿Porqué diablos le angustió que el pelinegro quisiera irse?

-¿Jimin?

-¿Te parece si lo averiguamos?- respondió el rubio.

Fueron las últimas palabras que pudo decir. El pelinegro arremetió contra su cuerpo tirando la copa al suelo.

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