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Mandy se encontraba sentada en su trono, con una mueca de aburrimiento y fastidio. Ni siquiera el bufón que contrato podría sacarle ni una pequeña sonrisa a la princesa, estaba molesta. Mandy tenía su palma reposando en su cachete, mirando fijamente a la puerta, esperando a cualquier movimiento de esta, esperando a los niños que siempre venían a comprar abrieran la puerta de un golpe, pidiendo golosinas y dulces.

Chester por otro lado, también se preguntaba que pasaba con los niños. Sus planes de sabotaje con los dulces de Mandy ya pasaron, y aunque le sacó una gran carcajada al ver que los padres de los niños venían a reclamar una intoxicación a ella, luego de una sanción, pelos quemados y una reducción de pago, se arrepintió. Este se acercó hacia ella y puso sus largas manos en el reposa brazos del trono.

— Mandy.. ¿Que habrá pasado? — Preguntó el pelirrojo de manera genuina, solo para recibir una mirada odiosa y fulminante por parte de ella.

— Es Piper. Sus pastelitos ahora están de moda. ¿¡Y quien quiere dulces cuando una galleta de chocolate sabe mil veces mejor!?

Chester se quedó callado, pensando en algo. Llevo su mano a su mentón y le dio suaves toques.

— ¡Leon ni siquiera ha venido por su paleta! Esto no puede estar pasando, Chester. Me quedare en el olvido..

— ¿Porque no piensas en algo innovador también? A los niños les gustan tus dulces! Pero tú sabes.. son niños.. se aburren de las cosas rápidamente. — Propuso Chester, bajando la cabeza un poquito para verla mejor.

— Ya hemos probado todo! Nuevos sabores.. nuevas opciones .. nuevas recetas! Todo!

Es difícil lidiar con esta audiencia. — La rubia refunfuñó, cruzándose de brazos. Estaba que le salía humo por la cabeza del estrés. Después de un largo silencio, hizo un quejido y se llevó las manos a la cara y luego a su pelo.

..

— ¿Y porque no cambias de audiencia? — Preguntó Chester, caminando unos pasos hacia adelante para estar frente de ella. Mandy alzó la cabeza y lo miro con su labios un poco separados.

— Te refieres.. para adultos? 

– Si! Para adultos.. — Chester sonrió, una sonrisa algo macabra que cualquiera que lo viera, supondría que tramaba algo. Mandy lo pensó un poco. Ella ha trabajado tantos años con niños.. que hacer dulces para adultos le sonaba a problemas.

— Supongo que podría haber variedad.. Una categoría y otra. Aunque.. No lo se. Como podríamos llevarlos acabo?

— He visto que los chocolates afrodisíacos llevan harta demanda en las poblaciones adultas! Si te preocupan los niños.. solo vendámosle lo que es indicado para su edad.  – Chester toco su brazo mientras mantenía su sonrisa de oreja a oreja.

Hubo un silencio algo grande entre ellos dos, Mandy entonces volteó a ver su mesita donde fabricaba los dulces. Chester a ver su mirada desconfiada, cantó victoria.

— No te preocupes.. yo te consigo todo lo que necesites para fabricarlo. — Algo que tenía claro Chester en su trabajo, es nunca ver a Mandy aburrida o triste. Ese era su rol aquí, ser el bufón, y ella, ser su reina.

...

— Bien.. Trufas.. Chocolate.. — Chester solo veía como Mandy trabajaba en su nuevo producto. Al ver cómo transformaba todos esos alimentos que aumentaban el libido en un pequeño chocolate, no pudo ayudar sentirse orgulloso de su gran idea.  Admiraba que siempre se dedicaba a sus cosas, ella le ponía mucho empeño a todo con tal de salir victoriosa. Chester la miraba como un perrito, con tanta admiración y cariño que le tenía a ella.

Nuevo negocio. (MandyxChester) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora