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Sombra desconocida

Caminando tan silenciosamente como se lo permitían sus pasos, Hoseok se deslizó por la cocina y se agachó para tomar de la parte baja un pequeño termo con su jugo especial hecho de frutas por él mismo. Tenía que reponer las vitaminas en su cuerpo, comer dulces y chocolates no era algo equilibrado para su sistema, además, sus curvas no se mantenían solas.

Hoseok se dio la vuelta y caminó de nuevo por los pasillos a su habitación, pasaba tranquilo y en silencio por una sala en donde pudo oír voces alteradas, habían unas nueve personas y todos ellos se hacían una pregunta en común, ¿Cómo era que en menos de tres semanas se hayan desaparecido más de dos docenas de estudiantes?

Habían pasado unos cuantos días desde que Hoseok miró al grupo adentrarse en el bosque de noche, después de eso las desapariciones sólo siguieron en aumento. Hoseok nunca dijo nada al ver cómo otros se iban hacía el interior de los árboles y nunca salían de allí. El Omega nunca habló con nadie, parecían haberse olvidado por completo de su existencia y era mejor así.

Por una parte estaba agradecido con ello, pasando desapercibido podía disfrutar de todo el drama que ocurría a su alrededor, disfrutaba también de los regalos que seguía encontrando en su mesita de noche, al pie de su cama, sobre su mochila, todos ellos perfumados con la misma fragancia.

Sin embargo, dejando de lado ese pequeño pensamiento lleno de felicidad, Hoseok se quedó parado detrás de una pared que conectaba a la sala en la que estaban los demás, podía oler un rastro de los aromas amargos llenos de enojo y miedo.

—¿¡Y que mierda se supone que haga, ah?! —ese gritó obviamente fue de Yoongi, el alfa estaba exasperado.

—¡Abre la maldita puerta para que nos podamos ir! ¡Haz esa maldita cosa! —gritó alguien más, por lo que podía deducir Hoseok, ese también era alfa, estaba azuzando su aroma para dominar al de Yoongi, pero, Yoongi era un alfa de alto rango y no se dejaba llevar por el aroma tan fácilmente.

—¡Ni de chiste! ¿¡Sabes lo que pasaría si se llegan a enterar de lo que pasó!? ¡Me harán pudrir en prisión! —Yoongi exclamó respirando agitado—, y tú también estarás involucrado Namjoon, ¿Tú crees que esos políticos gordos se van a quedar con los brazos cruzados al ver que sus hijos desaparecieron así sin más? Van a buscar responsables y nosotros vamos a quedar como tal.

Un silencio frío y tenso se expandió por toda la sala, nadie dijo nada, ninguno se atrevía. Yoongi tenía razón, si se llevaban a reportar las muertes y las desapariciones de todos esos estudiantes de universidad iban a terminar muy afectados.

Hoseok los dejó, ya no habría nada interesante por escuchar. Llegando a su habitación el moreno cerró su puerta con llave y caminó hacia su cama. Dejó el termo sobre la mesita de noche, sacó uno de sus libros y se acomodó para una buena noche de lectura.

El moreno leía tranquilo con la buena iluminación que daba la lámpara a su lado, su cena era el jugo y el recipiente era lo ideal para no derramar nada sobre su libro o cama. Tenía la intención de leer toda la historia en esa noche, sin embargo, después de que llevaba media hora leyendo y quince minutos después de que empezó a tomar su jugo sus ojos estaban empezando a cerrarse, por fortuna ya había acabado con toda su cena dejando el envase vacío sobre la mesa.

Se sentía cansado y sus párpados pesados. Ni siquiera eran las diez y estaba muriendo de sueño, bueno, quizás haya sido porque la noche anterior se estuvo hasta las tres de la mañana mirando películas, ya no era un adolescente, pero tampoco era tan viejo.

Dejando su libro de lado con un separador en donde iba, Hoseok se acomodó para dormir quitándose los pantalones cortos y solo quedando en su ropa interior junto con su camisa holgada. Diez minutos después, estaba tan profundamente dormido que no se dio cuenta de que la puerta de su armario se abría con un suave chirrido.

Del Bosque (Jackhope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora