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Escarlata

Yoongi ha sido una persona rebelde desde que tenía memoria, más por culpa de su padre estricto como la mierda. Siempre diciéndole lo que podía hacer o no, al ser el mayor y un alfa tenía que darle ejemplo a sus hermanos, un beta y una Omega, hasta el momento en que nació su última hermana. Era una alfa dominante, Yoongi podía ser un alfa de alta categoría, pero estaba por debajo de un alfa dominante.

De ahí la atención y la presión de su padre sobre él se esfumó por arte de magia y ahora la "pequeña y perfecta" Jennie era el centro de atención. Eso hizo que la rebeldía de Yoongi fuera de mal en peor, robaba las tarjetas de crédito de su padre, conducía ilegalmente aún siendo menor, hizo muchas cosas.

Y todo lo pasó de castigo en castigo pero su padre apenas le miró para regañarlo, solo eso. Cuando cumplió dieciocho se llenó de tatuajes, se hizo perforaciones y cambió su personalidad, su madre le miró con reproche, al igual que su hermana con un toque de lástima, su hermano beta fue más indiferente a lo que hizo, pero su padre, a ese alfa se le metió el demonio.

El mayor gritó e exigió que de alguna forma se quitase eso, pero era irreversible. Seokma no podía creer que el hijo de una "prestigiosa" familia, claro, la imagen ante todo.

A Yoongi le valió tres hectáreas de mierda y siguió con sus fechorías. Pero aún así, de alguna forma se mantuvo en sus estudios y ahora estaba por terminar la universidad, unas formar su propia empresa e iba a destruir la de su padre para no dejarle nada a su "pequeña hermanita".

Le seguía jodiendo la vida a su viejo cómo de costumbre, pero sabía que eso era solo temporal antes de destruirlo todo por completo. Así que mientras tanto seguiría con sus fiestas y omegas bonita en su cama, era otra cosa que amaba de tener dinero, sabía que muchos lo buscaban por beneficios propios.

Pero eso no impedía que las mujeres y hombres le cayeran como moscas a los pies. Sin embargo, había un Omega que despertó su interés más allá que solo sexual, ese Omega tenia nombre y apellido, Jung Hoseok.

El pequeño ratón que se la pasaba pegado a los libros. Supo de él cuando entró en la universidad, casi chocan una vez uno contra el otro, ese día Yoongi iba con una de sus conquistas colgada del brazo y el moreno enterrando su nariz en un grueso tomo.

Puede jurar que al ver esos ojos tan cafeces y grandes, llenos de inocencia y vida. Una sed desconocida despertó en él, lo quería corromper, verlo llorar y gemir. A pesar de que no fuera tan atractivo como las porristas que siempre intentaban llamar su atención.

Hoseok no era así, era pequeño, adorable con sus grandes sudaderas y su cicatriz. Yoongi quería averiguar si podía transformar esa linda expresión por una más lasciva, sin embargo, el alfa de ojos azules era un asco tratando de llamar la atención de la persona que le interesaba.

Siempre trataba de lucir sus dotes al frente del Omega, mostrando sus grandes cantidades de dinero y lo que obtenía con el, alardeaba a los cuatro vientos lo bueno que era en la cama y las otras Omega hacían una parte del trabajo diciendo lo atractivo que era.

Aunque, el Omega apenas miraba en su dirección, y Yoongi no lo entendía, ¿Por qué no lo buscaba rogando una oportunidad para estar con él? Eso era algo inaudito, Hoseok debía de estar arrastrando sobre sus pies igual que los demás. Pero no era así.

Ni deseo, envidia o celos, nada sirvió. El nombrarlo por su apellido llegó por una equivocación de la cual nunca se disculpó, ni pensaba hacerlo, pero al ver el rostro levemente molesto cuando lo llamó así le hizo querer seguir molestando al Omega de alguna manera para ver sus reacciones.

Del Bosque (Jackhope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora