𝐀𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬 𝐏𝐨𝐫 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞

Capítulo III

-¿Entonces el marimo fue vencido más de 2000 veces por una mujer?- preguntó Sanji tras haber escuchado una de las anécdotas de Kuina, ella decidió quedarse unos días más, en realidad, ya llevaba más de un mes con ellos, y no tenía ganas de irse, bueno, regresando al tema, en los días y semanas que pasaban, hacían diversas actividades, dónde en los ratos libres (cuando no eran atacados por la marina o algun pirata), salían a pescar o nadar, aunque el agua estuviese congelada, todos quedaban mirando raro a Zoro, pues él era el único que no se quejaba cuando tenían que bañarse y no había agua caliente, y les preocupaba un poco (por ser un omega), pero si lo decían en voz alta, Zoro los mataba, en el mar, tierra, cielo e inframundo.

-oi, oi, no subestimes a Kuina- dijo Zoro molesto, Nami se acercó a él y le dió unas palmaditas en la cabeza, haciendo que se queje -bruja...- susurró sin que Nami lo escuchase, pero lo hizo y recibió otro golpe. Ya tenía amontonados tres chichones seguidos, uno arriba del otro

-Nami-swan, sigue pegándole al marimo, se lo merece por perder- declaró para luego seguir haciendo la cena. Nami río y se fue a sentar junto a Usopp (para chismear). Mientras éstos dos hablaban, Kuina siguió contando cosas de su infancia junto a Zoro, eso, hasta que Chopper se acercó a Zoro, quien estaba algo sudado y jadeando, eso si, no al punto de ser objeto de mira de los demas

-¿Zoro?¿Te encuentras bien?- preguntó el renito al mayor, él sólo asintió, pero sin ganas, así que Chopper le puso la patita sobre la frente -¡Zoro, estás hirviendo! Esperen, ¡Kuina, ¿Hace cuánto llegaste acá?!- le preguntó el renito a Kuina

-hace un mes exacto- dijo, y hubo algo que hizo como un "click" en su cerebro -¡El celo de Zoro!- reaccionó, pues justo cuando ella llegó, Zoro estaba terminando su celo, esa semana, no había tenido

-¿Y tú qué no eras una omega?- preguntó confundido Chopper

-¡Si! Pero mi celo no es tan fuerte como el de Zoro, además, no me dió hace mucho, así que es imposible- dijo y todos se miraron entre sí, luego a Zoro y después dirigían su mirada a Chopper -sería mejor que lo llevarán a la enfermería y le vean la temperatura, a Zoro, cuando está en celo, yo supongo, que le da demasiada fiebre, cólicos y dolores musculares y de cabeza, pero nunca debe darle un deseo sexual- terminó y todos pudieron presenciar como Sanji se desilusionó un poco, pero por la preocupación de su Musguito, se le pasó enseguida.

-conoce mucho a Zoro-san, Kuina-san- mencionó Brook

-¿Ah? No, no, no, yo no sé nada sobre su subgénero- comenzó a hablar mientras Chopper, en su forma humana, llevaba a Zoro a la enfermería. -cuando el se fue de la isla, a los 15 años, aún no sabía que iba a ser, si omega, alfa o beta, yo solo supongo de como lo conocía, al menos, al Zoro de antes, cuando se resfriaba le dolía todo el cuerpo, la cabeza, los músculos, etc, pero también le daba un montón de fiebre, y con lo sexual, Zoro siempre me decía que no le interesa mucho el sexo, pero como ahora tiene un alfa...- hizo una pausa y se puso al dedo en el mentón, preguntandole a Sanji -¿Ya lo marcaste?

-n-no, aún no- aclaró su voz -pero hace poco me dijo que quería que lo marcara, eso sí, cuando esté en todos sus sentidos, no siendo controlado por su lobo- explicó y Kuina asintió lentamente

-bien...

-por cierto, Kuina-chan, ¿A qué edad se fué Zoro de su isla...?- preguntó Nami y Kuina tuvo un semblante más triste, siendo percibido por todos, hasta Chopper, pues había vuelto de la enfermería para dejar dormir a Zoro -Zoro nunca nos cuenta nada de su pasado, no tenemos ni idea

-bueno pues... En lo primero, él es responsable de que yo no muriera, el me salvó, pero no físicamente, sino que emocionalmente- tomó aire -cuando el se fué, yo pensé que me odiaba, estuve unos cuantos meses enojada con él, incluso con la carta que me escribió- la sacó de entre sus pechos, mostrandoselas a todos (tipo Nami jaja), esperó que la terminarán de leer, ellos no entendían el contexto, pero por las partes secas y arrugadas de la carta, supusieron de que el escritor, Zoro, había llorado, algo que solo presenciaban cuando éste estaba en celo, por los dolores, que hasta a el le dolían. -mi padre se había enojado con él, y le había dicho que se fuera y que hubiera sido mejor que hubiese muerto, etc, etc. También dijo que no se acercara a mí hasta que mi cicatriz desaparezca, y aún no lo hace, hay una pequeña y larga línea en mi mejilla, así que no podría verlo de cerca, y ahora he comprendido que me pondría más triste tener que esperarlo cuando en algún momento podría volver, pero que sería en un corto periodo de tiempo, pues Zoro también tiene que crecer y avanzar... No podía quedarse ahí por siempre, sería como estar encadenandolo a mi misma, eso me haría sentir culpable. Pero si el se iba a cualquier parte, sin esperanzas de volver siquiera con vida, pero disfrutando su vida, se me hacía mejor para él, y eso me ponía demasiado feliz, por eso lo dejé ser libre, para reencontrarnos algún día, y conocer a los grandes y amables compañeros de mi hermanito- sonrió y algunos estaban afligido y otros llorando, lo que hizo que Kuina soltará una pequeña lágrima traicionera que bajó desde su ojo a su mejilla y caer hasta el suelo