Examenes Chunin

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Naruto estaría paseando por la aldea, habiendo acordado con su equipo la reunión para el día de hoy para los exámenes de selección de chūnin. Francamente, se sentía un poco animado por los exámenes. Quería probar su fuerza contra todos estos genin que tomaban el examen y ver qué tan fuerte se había hecho. Quería sentir el calor de un buen desafío.

Mientras caminaba, recordaba los intensos entrenamientos que tuvo con su abuelo y las batallas pasadas. La emoción de lo desconocido y las posibilidades futuras lo llenaban de emoción. Sabía que estos exámenes serían una prueba importante, no solo de sus habilidades, sino también de su determinación y espíritu.

Sin darse cuenta, Naruto había caminado sin rumbo, perdido en sus pensamientos, y se encontró en un lugar hermoso, con un río cristalino que corría a través del campo. Naruto quedó asombrado por la belleza del lugar: los árboles frondosos, el sonido del agua fluyendo y la tranquilidad del entorno.

De repente, su atención fue capturada por una figura en el río. Para su sorpresa, vio a Satsuki, disfrutando del agua. Su figura, esbelta y bien definida para su edad, resaltaba bajo la luz del sol. Naruto sintió su rostro calentarse y rápidamente se escondió en unos arbustos, tratando de no invadir su privacidad, pero no pudo evitar mirar por unos momentos, completamente sonrojado.

Naruto se iría rápidamente antes de que ella notara que estaba ahí, saliendo del claro con extrema velocidad. Intentaba sacar esas escenas de su cerebro, pero seguían pasando y pasando sin cesar. Escenas donde se veía claramente la pura belleza de una mujer, no cualquier mujer, su compañera de equipo, la última Uchiha con vida, su sangre. Maldecía su buena memoria.

Finalmente, llegó al campo de entrenamiento 7. Antes de saber algo más, apareció en el lugar donde conoció a su inquilino, Kyubi no Kitsune.

"¿Qué quieres, zorro?" habló Naruto hacia la enorme figura de Kurama que lo miraba desde su jaula.

"Veo que los traseros Uchiha te traen loco," comentó Kurama con una sonrisa maliciosa. "¿Por qué no fuiste y marcaste a la cachorra?"

"¡Cállate, Zorro!" exclamó Naruto, sintiendo su rostro enrojecer nuevamente. "No es así."

Kurama rió, un sonido profundo y resonante. "Como mi carcelero, aunque seas de ese miserable clan y nieto del despreciable Madara, tienes que ser el mejor shinobi. Porque si tú mueres, yo muero, Eventualmente me reformare ya que soy un ser de Chakra pero el proceso de reformación es muy tedioso. Quiero que seas mejor en todo, hasta marcando a traseros Uchiha."

Naruto apretó los dientes, tratando de ignorar las provocaciones del zorro. "No necesito tus comentarios sobre mi vida personal. Ya sabes a lo que aspiro."

"Más te vale," diria Kurama su tono volviéndose serio. "Estos exámenes no serán fáciles. Mantén tu enfoque y no te dejes llevar por tus emociones humanas. Si fallas, será el fin para ambos."

Naruto asintió, sabiendo que el Zorro tenía razón. Respiró hondo y se concentró, preparándose mentalmente para los desafíos que venían.

Para Satsuki, este había sido un día normal como cualquier otro. La rutina diaria de entrenar en solitario, mejorar sus técnicas y reflexionar sobre su progreso se había convertido en algo habitual. Desde temprano, se había levantado, había desayunado ligeramente y se dirigió al campo de entrenamiento para practicar sus habilidades con el Sharingan y perfeccionar sus técnicas de taijutsu y ninjutsu.

Durante horas, Satsuki se había sumergido en su entrenamiento, ejecutando movimientos precisos y concentrándose en superar sus propios límites. Había practicado con fervor, tratando de mantener su mente ocupada y sus emociones bajo control. A pesar de la intensidad de su entrenamiento, siempre mantenía la calma exterior que la caracterizaba.

Naruto: El Legado de UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora