Sombras en la Oscuridad

Capítulo 2 - La Casa Abandonada

Laura y Miguel avanzaron con precaución por el pasillo oscuro de la casa abandonada. El polvo flotaba en el aire, y el crujido de las tablas podridas resonaba bajo sus pies.

"¿Crees que encontraremos algo aquí, Laura?" preguntó Miguel, su voz apenas un susurro.

"Lo sabremos cuando lo veamos", respondió Laura en voz baja.

Al llegar a una puerta entreabierta, Laura empujó con cuidado y entraron en una habitación cubierta de telarañas. En el centro, un viejo mueble acumulaba polvo y recuerdos olvidados.

"¿Qué es esto?" murmuró Miguel, examinando los objetos cubiertos de polvo.

Laura se acercó a una fotografía enmarcada en la mesa. Mostraba a una familia sonriente, pero algo en sus ojos parecía inquietante.

"Es la familia que solía vivir aquí", explicó Laura, su voz apenas un susurro. "Pero algo no está bien en esta foto."

Antes de que Miguel pudiera responder, un sonido siniestro resonó desde el piso de arriba, como si algo se moviera en las sombras.

"¿Qué fue eso?" preguntó Miguel, su voz temblorosa.

Laura agarró su linterna con firmeza. "Solo hay una forma de averiguarlo. Vamos."

Con cautela, subieron las escaleras hacia lo desconocido, el miedo acechando en cada sombra mientras se adentraban en lo más profundo de la casa abandonada.

Los escalones crujieron bajo sus pies mientras ascendían por la oscuridad de la casa abandonada. El sonido siniestro se repetía, como un eco lejano que resonaba en sus oídos.

Al llegar al rellano del segundo piso, Laura y Miguel se detuvieron, sus miradas buscándose en la penumbra. La linterna de Laura temblaba ligeramente en su mano, proyectando sombras danzantes en las paredes polvorientas.

"¿Deberíamos seguir adelante?" preguntó Miguel, su voz apenas un susurro.

Laura asintió con determinación. "Tenemos que descubrir qué está pasando aquí, Miguel. No podemos retroceder ahora."

Con pasos vacilantes, continuaron por el pasillo, siguiendo el sonido que los había llevado hasta allí. La oscuridad parecía palpitar a su alrededor, como si estuviera viva y respirando.

Finalmente, llegaron a una puerta entreabierta al final del pasillo. La luz de la linterna se filtraba por la rendija, revelando un destello de movimiento en el interior.

"¿Qué crees que encontraremos allí?" preguntó Miguel, su voz temblorosa de anticipación.

"¡Solo hay una manera de averiguarlo!" respondió Laura, su determinación infundiendo valor en sus palabras.

Empujaron la puerta lentamente, revelando una habitación oscura y lúgubre. En el centro, una figura solitaria se mecía de un lado a otro, emitiendo un susurro inquietante que llenaba el aire.

"¡Espera! ¿Quién está ahí?" llamó Laura, su voz resonando en la habitación vacía.

La figura se detuvo de repente, girándose hacia ellos con ojos huecos que parecían mirar directamente a sus almas.

El corazón de Laura latía con fuerza en su pecho mientras enfrentaba lo desconocido que se cernía ante ellos. Y en la oscuridad de la casa abandonada, algo esperaba pacientemente su llegada, con hambre de lo que ocultaba en sus sombras.

Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Laura cuando la figura se acercó lentamente hacia ellos, cada paso resonando en la habitación silenciosa. Miguel se mantuvo cerca, su mirada fija en la sombra que se aproximaba.