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Ahora (43)

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Ahora

La tienda estaba llena de colores pasteles y el rostro de Yoongi se iluminó al entrar.

—Bienvenidos a Sunny Bee —saludó el empleado—, ¿buscan algo en particular?

—Todo —respondió el Omega.

La madre de Yoongi y él se habían visto para desayunar y de ahí empezar a comprar las cosas que se requerirían para la llegada del cachorro, razón por la que se encontraban en esa tienda de artículos para bebé.

—¿Ya saben si será niño o niña?

Su cachorrito por fin se había dejado ver y la Dra Son había pronunciado las palabras que dieron mayor alegría a Yoongi y que entre lágrimas Taehyung celebró.

—Es niño —respondió Yoongi con una amplia sonrisa.

—Perfecto.

Empezaron por ver las cunas, había algunas que traían integrado el cambiador, otras que traían unos muebles para guardar cosas, distintos colores como blanco, beige y madera.

—Yoon —el Omega volteó y sonrió ante la llegada de Taehyung. —Me salí rápido de la reunión para alcanzar a llegar —recobró el aliento y dejó un suave beso en la mejilla del Omega, luego se agachó y acunó el vientre de casi 6 meses del Omega y le dejó un beso—, hola cachorrito.

Se puso de pie y saludó con una inclinación a la señora Min, la cual lo saludó sin mucho ánimo, y es que la madre de Yoongi no estaba muy contenta con que su hijo le hubiera permitido involucrarse tanto respecto al cachorro, además que no la hacían tonta, los había visto irse juntos el día de la celebración de su esposo, al día siguiente Yoongi había aparecido con una bufanda en el cuello y la excusa de tener frío a pesar de ser marzo.

Y sabía que no había sido la única vez, vislumbraba la complicidad que se había formado entre ambos estas últimas semanas, una intimidad que no era resultado de solo "ser cordiales por el bien del cachorro".

Lo había hablado con su esposo y el señor Min le decía que las personas merecían una segunda oportunidad, que Taehyung había tenido sus motivos y solo Yoongi decidía si aceptarlo o no en su vida, pero ella no quería volver a ver esa tristeza en el rostro de su hijo.

—Vaya, casi no suelen venir los papás Alfas —dijo el empleado—, me da gusto ver que son una familia unida.

—Ellos no.-

—Gracias, ¿podemos ver las carreolas? —interrumpió Yoongi a su madre.

—Claro, por aquí.

Continuaron viendo por los pasillos de la tienda y escogiendo entre las mejores opciones, tras unas horas, el Omega ya estaba algo cansado de caminar, así que decidieron irse, ya con la fecha programada de la entrega de lo que habían comprado.

Al salir, Yoongi vio del otro lado de la calle un café con un letrero que decía "Prueba nuestra nueva tisana de mandarina".

—Yo quiero —dijo con los ojos iluminados.

—Corazón, tenemos que irnos —dijo su mamá—, quedé a las 4 de recibir a una persona para que arregle la lavadora.

—Taehyung puede llevarme —miró al Alfa y este asintió.

—Por supuesto —respondió, Min Jung-hwa lo vio con recelo.

—Lo cuidas —le advirtió a Taehyung y le dejó un beso a su hijo en la frente antes de irse.

Alfa y Omega cruzaron la calle y tomaron una mesa en la terraza de la cafetería. Yoongi acariciaba con parsimonia su vientre mientras esperaba que Taehyung le trajera su bebida, cuando sintió un movimiento que le hizo detenerse y soltar un pequeño quejido.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien? —preguntó el Alfa, que recién llegaba con dos bebidas y tres postres.

—Se movió y creo que pateó mi apéndice —dijo queriendo sonar divertido, pero su rostro demostraba que le había dolido. Taehyung se agachó y quedó a la altura de su vientre, con ambas manos lo acarició y dejó su frente pegada a éste.

—Bebito, no lastimes a tu papi —le dijo—, déjalo tomar su té, a ti también te va a gustar, es de mandarina.

Ambos se quedaron en silencio, como esperando.

—Te hizo caso —dijo el Omega, con una sonrisa.

—Es que es el cachorrito más bien portado que quiere mucho a sus papás, ¿verdad? Ya queremos tenerte con nosotros, bebé.

—Y te compramos una cunita que te va a gustar mucho —agregó—, ya que nazcas claramente te darás cuenta que de los dos, yo soy el papá que tiene estilo, tu otro padre quería una horrorosa de mil colores.

—Tiene razón, tu papá Yoongi es todo un experto en decoración, ¿sabes que está trabajando para una gran empresa?

—Me contrató Hoseok, no cuenta y solo voy a remodelar una sala de juntas.

—Claro que cuenta, ellos vieron tu proyecto y les gustó, por eso te contrataron.

—Ni he terminado la carrera.

—Te quedan solo dos meses para terminar la universidad, prácticamente estás fuera. No menosprecies tus logros, Yoongi, eres valioso y talentoso, debes creértelo.

—Bueno, es difícil asimilarlo cuando fui tratado como un mueble por mi esposo durante dos años —hasta que terminó de hablar, cayó en cuenta de sus palabras. No lo había dicho a propósito, fue solo lo que pensó al momento. —Lo siento.

—No, es verdad —lo seguía viendo arrodillado, pero la mirada divertida que había tenido se había apagado un poco—, soy yo quien se disculpará de por vida contigo por lo que hice.

—Ya pasó, no importa.

—Si piensas lo que dijiste sí importa, Yoon.

—Pero sé que te has esforzado en demostrarme lo contrario, lo sé y lo apreció, Taehyung —el Alfa le dedicó una pequeña sonrisa triste y se puso de pie.

—Se va a enfriar tu tisana, te traje dos postres también.

—Gracias.

Trataron de que el ambiente no se tornara incómodo, hablaron de las cosas que habían comprado para el bebé, pero a pesar del esfuerzo, una bruma de culpa y tristeza, seguía en el ambiente.

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Nos vemos en la siguiente actualización 💜