OO2 ⋆

127 15 0
                                    

—¿¡Salirte de la pandilla!?

El chico de pelo negro lo veía con estupefacción. Creyó que había escuchado mal y por eso le había hecho esa pregunta, con la esperanza de que fuera una broma.

—Lo he estado pensando bastante. Yo... A mi... —apretó los labios sin encontrar las palabras adecuadas—. Quisiera una mejor vida, San hyung.

San entendió. Él más que nadie sabía que no era ningún santo, y que era peligroso ser un pandillero. Y más que un compañero, consideraba a TaeSan como su hermano menor; no era ninguna sorpresa teniendo en cuenta que se conocían de años. Notó perfectamente el cambio que tuvo cuando conoció a LeeHan. Él se veía más... feliz. Y aquello lo hizo sentir aliviado, por esa razón, le sonrió y asintió con la cabeza.

—Está bien.

Parece que TaeSan no esperaba esa respuesta puesto a que abrió los ojos bastante sorprendido.

—Espere, ¿lo dice enserio hyung?

San rio.

—¿Qué? ¿Esperabas que te obligara a quedarte? —volvió a soltar una carcajada—. No soy una especie de dictador, TaeSan-ssi. Eres uno de los miembros más importantes de la pandilla, pero si quieres irte, no seré yo quien te detenga.

El nombrado sonrió. Y sin poder aguantarlo, le dió un enorme abrazo a San tomándolo por sorpresa.

—Gracias, hyung, por todo lo que has hecho por mí todos estos años.

—Vamos TaeSan, no hables como si fuese algún viejo. Apenas nos llevamos cinco años —correspondió el abrazo con gusto—. Bueno, tenemos que avisarle a los demás.

Uff, eso sería difícil. No sabía cómo lo tomarían sus amigos.

(๑ↀᆺↀ๑)

—¡TaeSan hyung, recordaré por siempre todas las cosas que me ha enseñado! ¡Juro que su memoria nunca morirá!

—¡WoonHak! No hables como si TaeSan se fuese a morir —regañó SungHo dándole un zape en la cabeza.

—Además, no vamos a dejar de ser amigos. —RiWoo se detuvo para pensar por unos segundos y después agregó con algo de duda—: ¿Cierto?

—¡Por supuesto que no! Simplemente estaré yendo por un camino diferente. LeeHan dijo que podría conseguirme un trabajo en la cafetería de un amigo. Pueden ir allí siempre y cuando no causen problemas, ya saben, no quieren ver a LeeHan enojado.

Los tres chicos asintieron. Habían conocido al novio de su amigo y todos coincidían en que cuando se enojaba, lo mejor era correr. Continuaron hablando hasta que SungHo despidió a sus compañeros para tener una charla privada con TaeSan.

—¿Se lo dijiste a Myungjae?

TaeSan hizo una mueca ante la mención de su mejor amigo.

—No lo tomó muy bien. Me dió una paliza en cuanto se lo dije —suspiró—. Ese día me fui a casa de LeeHan, mentí y le dije que me había metido en una pelea cualquiera. Si se entera que fue JaeHyun quien me golpeó...

—Entiendo. Aunque ese tema con JaeHyun me preocupa. Deberías intentar hablar con él de nuevo.

SungHo no era el único preocupado. TaeSan sabía que JaeHyun era un buen chico, solo que solía ser bastante impulsivo y no pensaba bien las cosas, gracias a esto se había metido en innumerables peleas y malentendidos. A veces se le olvidaba que era mayor que él.

—Lo haré, gracias hyung.

Por fin se despidieron y antes de ir a casa con su novio, TaeSan decidió ver a otros miembros de la pandilla que también consideraba sus amigos. Como Intak que ahora mismo se encontraba en otra ciudad, así que se aseguraría de llamarlo y darle la noticia de su partida.

—Bueno, supongo que hablaré con Myungjae después de esto.

En ese momento, TaeSan subestimó la impulsividad de su mejor amigo.

criminal love ⋆ gongfourzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora