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En realidad Lisa no sabía que pensaba cuando invitó a Jungkook a casa.

Su plan ideal era conversar con él, conocerlo lo suficiente para acercarlo a Seol. Pero ahora, mientras entraba a su cocina y sacaba las botellas de cerveza fría, se dio cuenta de una cosa:

Estarían solos.

Lisa había olvidado la última vez que estuvo sola con un hombre tan atractivo como lo era Jungkook. No es que fuera una adolescente incapaz de contenerse a sí misma, pero tenía más de un año sin sentir que alguien la tocará y de pronto tener a un hombre como Jeon Jungkook a su lado le estaba complicando las cosas.

No pensaría demasiado en ello, no quería hacerse la cabeza con ideas qué tal vez solo eran fantasías absurdas. Tal vez Jungkook ni siquiera estaba interesado en ella, y Lisa por ningún motivo se lanzaría a un hombre que no está interesado, no había llegado a ese extremo de desesperación aún.

La verdad era que no había tenido el tiempo de pensar en ello. La última vez que tuvo un orgasmo fue hace tanto que ni lo recuerda, había dejado de tocarse hace mucho tiempo, cuando su trabajo, su hijo y el divorcio se le antepuso. Su vida sexual salió del mapa, y hasta el momento lo había llevado bien.

Entonces ahora bebería una cerveza con el hombre más caliente que había pisado la tierra mientras su hijo dormia arriba.

—Ten — le extendió la cerveza a Jungkook cuando llegó a la sala.

Jungkook la tomó y agradeció con un asentimiento. —¿Te apetece si bebemos en el porche?

Lisa asintió y ambos caminaron hacia la puerta, Lisa no esperaba que Jungkook pusiera su mano sobre su espalda al salir al exterior, pero él realmente lo hizo y eso mandó un séquito de electricidades por todo el cuerpo de Lisa. Jungkook solo había dejado sus yemas sobre la tela de su blusa y Lisa ya sentía su piel ardiendo por ello, se sentía enloquecer.

Se sentó en el banco mecedor que tenía en su porche, dejando el espacio que Jungkook ocupó a su lado. Lisa sintió el choque de sus rodillas, entonces miró hacia ellas y fijó su mirada en los muslos de Jungkook, tan trabajados, duros y fibrosos.

Se imaginó teniéndolos entre sus piernas, se imaginó saltando encima de ellos, y tuvo que dar una respiración profunda para no despertar a su lado desesperada que parecía muy entretenida con la situación.

—¿Cómo es estar en un lugar como la cárcel? — Lisa preguntó, buscando ocupar sus pensamientos en cualquier otra cosa, así como también saber sobre ello. Le interesaba conocer al Jungkook de la cárcel, saber lo que vivió. Después de todo, ese mismo hombre sería el que cuidaría a su hijo por el resto de su vida.

Jungkook bebió de su cerveza y la apoyó en su pierna. —Es aterrador, nunca deja de serlo. Aprender a dormir alerta, a comer alerta, vives alerta, en especial si te llevas mal con alguien. No fue tan terrible como a veces lo pintan, al menos no en mi caso ya que mi sección no era la más peligrosa pero si ocurren cosas, ves algunas mierdas que te marcan.

Lisa tragó, jamás podría imaginarse en un lugar como ese. Y Jungkook al parecer lo notó, con una sonrisa bebió de su cerveza y apuntó a Lisa con ella.

—Tú hubieses sido la chica más deseada de ahí dentro. No hubieras sobrevivido un solo día, a menos que alguien como Kim te hubiese ayudado... Creo que él hubiese querido follarte, de hecho.

Un sonrojo atravesó a Lisa, había olvidado lo que se sentía cuando alguien le decía algo sucio como eso. Le gustaba la palabrería sucia, saber que alguien se la follaría le ponía de sobremanera, aunque también dependía de quien se trataba.

—¿Kim es guapo? — preguntó con la boquilla de su cerveza sobre sus labios.

Jungkook asintió. —Jodidamente caliente, pero él está comprometido con Jin, y la última vez que Kim se folló a alguien y Jin se enteró... digamos que su condena aumentó.

»JAIL 🌹 +18 [ Lizkook ] Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora