Primer video: La revelación

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Atsushi no ha perdido la costumbre de levantarse antes de que el sol salga, y, por el contrario, después de que Kunikida alabara esta única buena costumbre en él ( según sus acartonados ideales) la fue enraizando más profundamente en su rutina.

¿Puede ponerse un poco nostálgico y decir que hay algo en la bruma matutina de Yokohama que le recuerda a una época dorada de su vida que realmente nunca vivió?

A lo mejor recuerda un poco cuando debía pepenar en la basura su próximo alimento, después de huir del orfanato, y descubrió que la mejor hora es cuando el sol todavía no sale.

Quizá sea más atinado decir que es porque, a esas horas, el transporte público que lo lleva a la ADA no va tan lleno, y, aunque deba matar una o dos horas, al menos puede viajar sentado e incluso dormir un poco.

La nostalgia es fuerte y, guiado por la necesidad de convencerse de que ya no lo necesita, gira su mirada, con cierto aire de suficiencia, hacia el tambo de basura, de donde sobresale, como una señal divina, un cofrecito de color deslavado, semiabierto, que enseguida le llama la atención.

Al acercarse y abrirlo, la verdad es que esperaba ser uno de esos afortunados casos de las noticias, de gente que encuentra una fortuna en algún colchón viejo o una alcancía.

Cuando descubre un cd, algo que ya nadie usa en estos tiempos, con alguna anotación sin sentido, Atsushi luce decepcionado, porque todavía no lo sabe: Hay cosas mucho más valiosas que el dinero, y, de hecho, sí acaba de encontrar una cuantiosa fortuna.




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A pesar de salir primero que casi todos los demás, Atsushi es de los últimos en llegar, aunque nunca tanto como Dazai, quien a veces tiene la osadía de llegar incluso dos horas después, sin siquiera inventar alguna excusa.

Este día es especial, extraño, porque Dazai de hecho ya está ahí, y, como pocas veces, su semblante es oscuro, sin rastros de la máscara de bufón que se colocó para mimetizarse con la raza humana, y está de pie, delante de Kunikida, sosteniéndole la mirada de una manera que, aunque parece intentar no demostrarlo, está haciendo temblar al rubio.



— Te advertí que si no limpiabas tu chiquero, iba a mandar a alguien para que realizara el aseo.

— Me importa una mierda tu argumento. Te estoy exigiendo que le llames y le cuestiones dónde tiró mis cosas.

— Eres un jodido acumulador, bastardo ¿Para qué quieres saber dónde está tu basura? En el basurero, donde pertenece.

— Te lo voy a preguntar una última vez, Doppo, y espero que esta vez tu pequeño cerebro comprenda el lenguaje humano antes de que me vea obligado a recurrir a otros modos de interrogación ¿Quién fue la perra que metió sus sucias pezuñas en mis pertenencias? ¿Dónde tiró mi cofre?

— ¿Qué tenías ahí? ¿Todo el dinero que te ahorras al no pagar tus deudas?



Kunikida es un experto en artes marciales, por supuesto que sabe enfrentarse a un enemigo, por supuesto que sabe leer cuando está en peligro físico, pero Dazai...

Lluvia de marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora