Primeras flores: ranúnculos y amarilis

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🔥🔥🔥Advertencia: Mucha conversación sucia!!!! (dirty talk)🔥🔥🔥











Desde el momento en que entraron al café, Chuuya notó la mirada de la mesera a su novio, pero la pasó por alto, decidiendo que, justo ahora, hay prioridades más profesionales qué atender.



— Los cité un poco más tarde para que tuvieras tiempo de desayunar. Pide lo que quieras, yo te invito.

— Acepto, solamente si tú también desayunas algo, no te vi comer nada desde ayer, mi amor.

— Lo que tú me pidas, ángel.



Chuuya se ríe entre dientes, con las mejillas de un suave color rosa cuando Dazai le besa la mejilla, apoyando su cabeza contra su hombro, y ninguno de los dos puede ni quiere ocultar lo absolutamente satisfechos que están con la simple cercanía del otro.

La mesera se acerca, con una sonrisa fingida, aunque Chuuya no lo interpreta como nada más que es un gaje del oficio, y él le devuelve la sonrisa, aceptando la carta, riéndose otra vez porque Dazai le abraza la cintura, dejando besitos por toda su cara, completamente ajeno al mundo que lo rodea, que se ha reducido únicamente al pelirrojo.



— ¿Tienes alguna recomendación? No sé qué pedir.

— Sé que prefieres las cosas dulces por la mañana, supongo que te encantarán las crepas de fresas con crema. A mí no me gusta lo dulce, aunque Atsushi dice que son deliciosas.

— ¿Qué es lo que pides regularmente, entonces?

— Si quieres saber si soy cliente asiduo, sí, esta es la cafetería favorita de la ADA. Si quieres saber por qué la mesera se te quedó viendo como si hubiera visto al diablo, es porque en el pasado llegué a coquetear con ella, como con muchas otras. Ese era mi modo de disimular que estaba profundamente enamorado, así nadie sospecharía que tú ya tenías mi corazón desde hace muchos años.

— Oh ¿Estás planeando endulzarme el oído?

— Estoy planeando hacerte muchas cosas dulces, aunque no justo ahora. A menos claro que...

— ¿Están listos para ordenar, o esperan más comensales?



Chuuya se siente cohibido cuando la mesera interrumpe, encontrando a Dazai acariciando su vientre, susurrando contra su oreja, y simplemente se acomoda en su sitio, fingiendo que no nota el rostro molesto de su novio al haber sido interrumpidos.



— Me gustaría probar la crepa de fresas con crema y un americano, por favor.

— ¿Y tú, Osamu, lo mismo de siempre?



La mesera habla coquetamente, imprimiendo una cierta camaradería al pronunciar el nombre, sin que el mencionado se digne ni siquiera a parpadear.



— Él va a tener un sándwich y un americano, por favor.

— Oh, pero a él no le gusta desayunar, dice que comer tan temprano le produce agruras.

— ¿En serio, amor? ¿Por qué no me habías dicho? Te hubiera preparado un licuado especial para eso antes de venir.



Chuuya toma el rostro de Dazai, que le sonríe embobado, dejando que le bese la frente, y casi es audible un ronroneo de su parte al volver a acomodar su cabeza contra su hombro.

La mesera se retira, insegura sobre qué hacer al notar que Dazai no le está prestando ni la más mínima atención, y algo en ella le dice que, quizá por las múltiples ocasiones en que lo rechazó, el detective cambió su estrategia y le ha pedido a alguno de sus amigos que finja ser su pareja para darle celos.

Lluvia de marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora