La Sombra Del Anillo

Capitulo 18: Secretos Bajo Llave

MIA

Han pasado seis días desde que Vanessa llegó a la mansión, y la verdad, mantener las apariencias ha sido todo un reto. Mi amiga es curiosa por naturaleza, siempre queriendo explorar cada rincón. He tenido que estar muy alerta, especialmente para asegurarme de que no entre a la oficina de Alessandro. No puedo arriesgarme a que descubra documentos relacionados con nuestros negocios ilegales, sin mencionar las pistolas y dagas que guardamos allí.

Esta mañana, mientras desayunábamos en el comedor, Vanessa comentó sobre lo hermosa que es la casa.

               —Es increíble, Mia. Cada rincón tiene algo único. Me encantaría ver el resto de la casa, ¿tal vez esa oficina elegante de Alessandro?.

Sonreí con nerviosismo, tratando de ocultar mi inquietud.

               —Oh, la oficina de Alessandro es solo un montón de papeles aburridos y números —le respondí, tratando de sonar casual—. No creo que te interese mucho.

Vanessa frunció el ceño, claramente no convencida.

                —Aun así, me encantaría echar un vistazo. Siempre he tenido curiosidad por ver cómo es el lugar de trabajo de un CEO.

Antes de que pudiera insistir más, Alessandro entró en la habitación, luciendo tan impecable como siempre.

               —Buenos días, damas —saludó Alessandro, plantando un beso en mi mejilla y sonriendo a Vanessa—. ¿De qué hablan?.

               —De lo impresionante que es tu oficina —respondió Vanessa, lanzándome una mirada cómplice—. Mia me estaba contando lo interesante que es.

Alessandro captó la indirecta y me lanzó una mirada rápida antes de sonreír amablemente a Vanessa.

               —Es solo un montón de papeles, en realidad —dijo él, repitiendo mi excusa—. Pero quizás algún día te pueda mostrar algunos de los proyectos en los que estamos trabajando.

Vanessa asintió, pareciendo satisfecha con esa respuesta por el momento. Pero sabía que su curiosidad no desaparecería tan fácilmente. Alessandro me lanzó una mirada de advertencia antes de salir de la habitación, claramente preocupado por la situación.

Más tarde, mientras Vanessa se entretenía en el jardín, me acerqué a Alessandro en la oficina. Cerré la puerta detrás de mí, sintiéndome tensa.

                —Tenemos que ser muy cuidadosos —le dije en voz baja—. Vanessa está decidida a ver tu oficina. No quiero que descubra nada.

Alessandro asintió, frunciendo el ceño. 

               —Lo sé. Necesitamos encontrar una manera de mantenerla alejada sin levantar sospechas.

Decidimos aumentar la seguridad alrededor de la oficina, asegurándonos de que estuviera cerrada con llave en todo momento y de que solo unos pocos tuvieran acceso. También instruimos a Leo para que vigilara de cerca y se asegurara de que Vanessa no deambulara demasiado.

A pesar de los desafíos, logré mantener a Vanessa ocupada con otras actividades. La llevé a dar paseos por los terrenos de la hacienda, organizamos cenas y noches de películas. Hice todo lo posible para distraerla y mantenerla lejos de la oficina.

Sin embargo, siempre había una sensación de peligro inminente. Cada vez que Vanessa mencionaba la oficina, mi corazón se aceleraba. Sabía que un solo error podría revelar todo y poner en riesgo no solo nuestra amistad, sino también nuestra seguridad.