Acosador

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Suzete colgó el teléfono al instante, confundida, algo alterada y sintiendo como su estómago se revolvía. De repente había tenido una horrible sensación, seguro que solo sería el alcohol, pero aún así había sido un sentimiento horrible.

Aunque no tan horrible que el que tuvo cuando su teléfono volvió a sonar. 

Con la mano algo temblorosa colgó, no entendía qué estaba pasando pero tenía un mal presentimiento, un muy mal presentimiento. Fue a volver a entrar a la fiesta cuando su móvil vibró, tragó en seco. 

Soltó todo el aire en sus pulmones al ver que era una llamada de Bea. Con la mano temblando ya por completo le dio al botón de responder, sin dejar de mirar hacia todos lados en ningún momento.

─ Ahora entro, Bea, que te tengo que contar...

─ Lo siento, Bea no puede ponerse.─ Habló la misma voz que antes, causando que el estómago de Suzete diese un vuelco.─ Está... ocupada.

─ ¿Qué le has hecho, pedazo de hijo de puta? ─ Preguntó la morena, con la respiración y su corazón acelerado.

─ Oh, a ella no le he hecho nada, pero deberías preocuparte un poquito más por ti, por lo que voy a hacerte a ti...

─ ¿¡Qué cojones quieres de mí?! ─ Exclamó Suzete, escuchando movimientos detrás suyo. Se giró con prisa, no había nadie. 

─ Me figuro que has visto esas famosas películas de Stab, ¿verdad? ─ Suzete ni siquiera contestó, estaba demasiado ocupada girando hacia todos lados, pues escuchaba ruidos por todos lados.

El patio trasero de la casa era un pequeño jardín, había algún arbusto, árboles, e incluso una pequeña piscina, no muy grande pero los 16 la utilizaban en verano, era perfecta para refrescarse. Pero, más allá de eso, no había nada ni nadie, o al menos eso parecía.

─ Todas las películas empiezan con un primer asesinato, el primer acto, donde una persona debe morir.─ Un sollozo se escapó de los labios de Suzete, la cual, entre el alcohol y el miedo que sentía, no sabía qué hacer.─ Supongo que tú eres la elegida, ¡enhorabuena!

─ ¡Que te den! 

─ Ay, Suzete, Suzete... ─ La persona al otro lado de la línea chasqueó su lengua, negando.─ No deberías decirle eso a la gente, ¿a caso tu padre no te enseñó modales?

─ Que te follen...─ Susurró, apretando sus puños. Su padre había fallecido cuando ella tenía apenas cinco años.

─ No te preocupes, dentro de poco podrás volver a verle.

─ Muy valiente a través de un móvil, ¿no? ¿Por qué no sales de tu puto escondite? ¡Cobarde! ─ Gritó, con ojos llorosos, mirando hacia todos lados.

─ A sus órdenes.

El teléfono dio los tres toques, indicando el final de la llamada. Suzete se quedó mirando hacia el móvil durante un par de segundos, hasta que escuchó ruidos. Se giró hacia todos los lados, con su móvil en alto, si hacía falta atacaría a esa persona con el móvil. Fue entonces cuando escuchó un ruido justo detrás suyo. Se giró con el móvil en alto, pero no había nadie, o al menos no se veía a nadie. 

Hasta que alguien le puso algo en la boca, y lo siguiente que sintió fue algo afilado atravesando su estómago.

Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras intentaba gritar, pedir ayuda, escapar de allí, pero no era capaz, pues esa persona lo siguiente que había hecho había sido tirarle al suelo, impidiendo que se moviera, sujetando con una mano el pañuelo sobre la boca de Suzete y con la otra el cuchillo clavado en su estómago. 

Backstabber [OT 2023]Where stories live. Discover now