King of the streets.

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06:Pelea callejera.

Cuándo se trata de una pelea callejera todo está permitido;morder, escupir, dar golpes bajos, atacar por la espalda, picar ojos, etc...
Incluso pueden llegarte entre más de uno en algunos casos.

Existen algunas reglas no escritas que la gran mayoría sigue cómo no dar golpes bajos y no atacar por la espalda. Esto porque no les gusta sentir que ganaron por un "golpe cobarde".

Sin embargo, hay diferencias entre saber ser sucio y saber pelear de verdad. Alguien que sabe ser sucio podrá usar estrategias y trucos sucios para usarlo a su favor, y el que realmente sabe pelear sabrá exactamente el cómo y en dónde golpear. Si se sabe combinar estas dos es muy peligroso...

"Pero, ¿el sensei no dijo que pelear en oa calle era lo incorrecto?" preguntó Izuku mientras caminaba de regreso a casa con su primo Kenta.

"Sí, sí... Pero conociendo tu situación es importante que sepas esto. También debería enseñarte a tirar codazos...," le respondió Kenta, proponiendo una idea con mucha emoción, imitando el movimiento de tirar un codazo. "A pesar que practicamos Kickboxing, esto podrá servirte debido a que son los golpes que menos la gente sabe bloquear y los que más fácil penetran la guardia."

Izuku sabía a qué se refería Kenta cuándo dijo "tú situación", sin embargo, aún le disgustaba la idea de pelear en la calle.

Ya llevaba seis meses practicando kickboxing, luego de ese primer sparring que tuvo junto a su compañero de entrenamiento Kaminari una llama ardiente de pasión por entrenar se despertó, una llama que lo incitaba a ir a cada entrenamiento a pesar que no quería algunas veces.

Su maestro tenía razón, el sparring era el paso que necesitaba dar para comenzar a mejorar. Comenzó a practicar más duro que antes, enfocándose en aprender todo lo posible y también en hacer más sparrings. Aún seguía sintiendo nervios y una que otra vez le dieron una paliza, pero iba aprendiendo bastante. Poco a poco, pero algo es algo.

"Bueno, aquí nos separamos, primo. Suerte de camino." el peliverde se despidió con una sonrisa, tomando una dirección diferente a la de su primo. Recibió un "dale, nos vemos" como respuesta.

Izuku llegó a casa luego de caminar tan sólo unos metros más. Al entrar saludó a su mamá y fue dejar sus cosas en su habitación, tenía que prepararse para darse una fría ducha.

Su maestro le decía que las duchas fría lo harían más fuerte mentalmente, pero esto no significaba abusar de ellas o podía afectarlo negativamente. Así que Izuku tomaba duchas frías cada ciertos días de la semana.

Luego del baño se vistió sólo con su ropa interior y un short.

Llevó su ropa hasta el cesto de ropa sucia en la cocina. Su madre al verlo abrió los ojos sorprendida.

"Hijo..." le llamó la atención, "Tu espalda está más ancha." Señaló su madre, dándole pequeños golpes en la espalda. "Mi niño está trabajando duro al parecer."

Izuku no supo qué responder a eso, sólo soltó un ligero "Gracias" y se retiró a su habitación. Al observarse en el espejo pudo darse cuenta que era verdad lo que decía su madre, su cuerpo estaba agarrando forma.

Claramente no era un cambio físico muy abrupto, era imposible que cambiara tanto en cuestión de meses nada más. Sin embargo, Izuku miraba su yo actual y lo comparaba con su yo de hace unos meses, era claro que su cuerpo estaba agarrando forma y generando algo de masa muscular.

Se sentía espectacularmente bien y satisfactorio.

Se vió un rato más al espejo y luego cenó, posteriormente durmió. Era día escolar mañana.