She and... she?

70 4 0
                                    

Pov's Ari

Al final, sí dormimos, o algo así. Bueno, al menos Rivers logró conciliar el sueño, porque yo... no pude. Me la pasé toda la noche en vela, reviviendo una y otra vez lo que había pasado, y con cada recuerdo mi mente se agitaba aún más. Estar tan cerca de Rivers solo hacía que todo fuera más confuso.

¿Pero qué es lo que realmente pasó?

Déjenme explicarles.

Flashback

Llegamos a la habitación de Rivers, el plan era dormir allí, aunque ella solo tenía una cama. Parecía realmente preocupada de que me sintiera incómoda por compartirla con ella, cuando hacemos pijamada siempre lo hacemos con Ama y ahi no estan incómodo. Yo misma estaba algo nerviosa, así que le ofrecí otra opción, como si así pudiera calmar esa mezcla de emociones

—Si deseas, me voy al mueble —dije, con una sonrisa tensa mientras intentaba morderme la lengua para no soltar algún comentario incómodo. Controlarme alrededor de Rivers no era fácil últimamente.

—Wey no digas mamadas, ven, duerme aquí en mi cama, conmigo —respondió ella, su voz suave, casi en un susurro que parecía dirigirse a sí misma más que a mí. Pero fue suficiente para que la escuchara, y sentí que algo se acelera en mi pecho.

que sera? Ni idea

Asentí en silencio, envuelta en un torbellino de emociones que parecían arremolinarse en mi pecho, en mi mente, en cada rincón de mi ser. Con cada segundo que pasaba, la incertidumbre y los ecos de pensamientos no resueltos pesaban más, pero al mismo tiempo sentía una especie de entumecimiento que me envolvía como una manta helada. Me deslicé lentamente hacia la cama y, en un intento de hallar consuelo en la calidez de las sábanas, me enrollé en ellas como si fuera un tequeño recién hecho, buscando mantener mi cuerpo a un lado, lejos de todo lo que me perturbaba.

El frío se filtraba a través de las cobijas, instalándose en mis huesos, recordándome que esa noche, incluso el ambiente parecía estar en mi contra. Sin pensarlo demasiado, le di la espalda a Rivers, sintiendo el peso de su presencia a solo unos centímetros de distancia, pero evitando cualquier contacto. Quizás, de esa forma, me resultaría más sencillo concentrarme en encontrar el refugio del sueño y no en la pregunta que, como un ladrón en la oscuridad, comenzó a rondar mi mente, insistente y cautelosa, esperando el momento adecuado para tomar el control.

¿Por qué quería ella dormir conmigo? Ni puta idea. Éramos solo amigas, ¿verdad?

Pero entonces, un pensamiento tonto cruzó mi mente: ¿Podrías enamorarte de tu mejor amiga? Sacudí la cabeza internamente. No, claro que no. Somos mejores amigas, nada más.

Traté de forzarme a dormir, pero tenerla tan cerca hacía que mi mente corriera cada vez más rápido. No voy a mentirles: estoy un poquito alterada. Solo un poquito, como para que no me deje en paz el pensamiento. Aunque, en realidad, no sé exactamente por qué.

Me convencí a mí misma de que la culpa era de la película. Había tenido escenas intensas y eso había dejado mis emociones a flor de piel. Mi conciencia protestaba, recordándome que estaba exagerando, que iba a arruinar todo con mi paranoia. Pero, de alguna manera, solo lograba agitarme más.

Mientras me peleaba con mis propios pensamientos, una voz rompió el silencio.

—¿Ari? ¿Wey estás despierta? —era la voz de Rivers, apenas un murmullo en la oscuridad.

—Mhm... no wey, ¿cómo crees? —respondí, tratando de sonar convincente. Su risa baja y suave me hizo sonreír.

—Ay, apoco, pinché vieja ridicula... —dijo, entre risas, y no pude evitar reírme también.

¿Enamorado De Mi Mejor Amiga? RIVARIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora