Final

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El último día llegó. Al despertar Ari le dio, como era de costumbre a estás alturas, a Samantha su batido de frutas con el supresor triturado. La omega estaba ¿normal? Había despertado bien y no la perseguía por todo el departamento, claro que su olor seguía por todo el lugar. Pero la omega estaba tranquila como en el primer día.

Abril llegó a pensar que Vicky le mintió o exageró respecto al último día de celo pero todo tuvo más sentido cuando llegó la tarde.
Rivers volaba de fiebre y cólicos, su rostro se encontraba lleno de lágrimas debido al dolor de su celo.

La alfa no sabía que hacer ya probó de todo y nada funcionaba como mimos o paños fríos para la fiebre y parecía que los supresores ya no le hacían efecto. Estaba jodidamente desesperada y sentía que iba a llorar junto a la omega de la angustia.

-Alfa...-Lloriquea la menor tomándola del brazo-Duele.

Los ojos de la omega estaba dilatados, su entrada no paraba de crear lubricante manchando su ropa interior, lágrimas rodaban por sus mejillas debido al insoportable dolor.
Quería a su alfa, quería que la ayude con el dolor, quería que le diera cariño y sentirse protegida en sus brazos.

Ari lo sabía, sabía lo que Rivers quería pues su loba exigía lo mismo. Quería a su omega, quería ayudarla y protegerla, pero no podía, no quería hacerlo con la semi rubia en ese estado. Joder, no, no podía.

-Sam... No puedo, no quiero hacerlo si tú no estas en tus sentidos-Murmura tomándola delicadamente de los hombros.

-¿Alfa no quiere omega?-Murmura con tristeza. Su omega se sentía rechazada.

Abril debía admitir que esa era la frase más larga que Rivers dijo en todo su celo.

-No, no, cosita. Alfa si quiere a omega, alfa quiere mucho a omega-Aclara acariciando sus mejillas-Pero... no quiero cometer un error y que... me termines odiando. No soportaría perderte, Sam.

La omega pestañeó un par de veces quedándose callada unos segundos, se acercó más a la alfa acariciando su barbilla y labio inferior dulcemente.

-Nunca, mía.

Murmura antes de juntar sus labios, Ari soltó un suspiro y simplemente se dejó guiar por la menor, abriendo sus piernas y colocándose arriba de ella. La ojiverde llevó sus manos hacia la espalda de la alta y las metió por debajo de su camisa, acariciando su suave piel bronceada y metiendo su lengua en su boca intensificando más el beso. Arqueó levemente la espalda cuando sus glúteos fueron apretados y masajeados al antojo de la mayor.

Se separaron con un pequeño chasquido, los labios se ambas se encontraban hinchados y algo húmedos. Ari acaricia con cariño la piel de la menor antes de hablar.

-¿Segura que quieres que lo haga, cosita?
El recibir un asentimiento de la contraria se separó para sostenerse de sus rodillas y quitar su camisa quitándole el aliento a la menor, estiró su brazo hasta la mesa de noche y sacó un preservativo, ahora entendía el mensaje de Vicky de esta mañana. Mientras se encargaba de besuquear su cuello deslizaba el short y su ropa interior dejándola desnuda debajo suyo, la omega estaba demasiado húmeda por lo tanto no fue muy difícil introducir el primer dedo.

La omega gimió y abrió más sus piernas, esta, al ser su último día de celo y por lo tanto el más fuerte, estaba hipersensible y cualquier toque la hacía gemir como loca y ser jodidamente sumisa. Con apenas unos besos por todo su pecho y dos dedos en su interior sentía que iba a venirse, acercó su mano a la de Ari y quitó sus dedos mientras negaba, no quería eso, quería otra cosa. Al parecer la alfa le entendió y se deshizo de la ropa que le quedaba puesta, una vez con el preservativo puesto comenzó a entrar lentamente para no lastimarla, Rivers gimió.

Cuidando a Samantha Rivera (RivAri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora