TRAVESIA POR EL LAGO

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Duna me dirigía a lo que parecía ser su fortaleza en ruinas por la guerra que anteriormente se había librado, pero, todo aquello empezaba a resultarme familiar, como si hubiese estado allí antes, sabía que esas ruinas las había estado soñando todos estos años, ¿y si no lo había soñado? ¿y si en realidad había estado allí cuando aquello era una fortaleza?, no lo se, pero aquello se iba poniendo cada vez más extraño y peligroso.

Entramos en una cueva subterránea, en la cual, se podían contemplar pinturas en las que salían los pequeños seres que habíamos rescatado en la casa, su forma de vida, sus armas, en sí, contaban toda su historia.

-¡Vamos chicas! debemos continuar hasta llegar al gran oasis, una vez allí los jeroglíficos de los perinolos nos conducirán hasta un lugar seguro. – Insistió Calú.

-¿Y cuando volveremos a ver a mi prima?

-Estará bien, Duna no le va a hacer daño porque es la única que sabe donde está la flor de lis y la pócima para su ejército.

-Es verdad, Andrea, Lucia lo escondió todo sin que nos diésemos cuenta, y Duna sabe que fue ella, así es que, hasta que no se lo diga no le puede hacer nada, la retendrá durante el tiempo que sea hasta que descubra el lugar.

Pasaron las horas y con ellas lo días, mientras yo seguía en las profundidades, Ana, mi prima y todos los habitantes de la aldea incluidos los pequeños seres marchaban hacia el gran oasis en busca de los perinolos, aliados de Calú, aunque su viaje se haría cada vez más complicado, no solo por los colores del arco iris, sino por los peligros que cada uno contiene en su interior.

Todos marchaban junto a Duende, aquel ser que guardaba algo en su interior que me hacía pensar cuando y como lo conocí siendo una niña, aunque según Duna yo me perdí, pero no recordaba nada de esa etapa o no quería recordarla por algún daño causado, no lo se, pero aquello iba cada vez peor y me encontraba sola sin saber a donde ir y como escapar de allí, aunque Duna desaparecía constantemente y yo recorría distancias en solitario, no alcanzaba a divisar la orilla de ningunos de los lados del lago.

-¡Cuidado!, vamos a entrar en el color rojo, es el color del fuego y como su propio nombre indica, muchas de las cosas que veáis estarán ardiendo y os quemarán. No os acerquéis a nada o nos costará días salir de aquí, además que cambiaréis el rumbo del viaje.-Informó Duende a todos los que le acompañaban.

-¡La temperatura es muy elevada y el humo no nos deja respirar! ¿qué hacemos?- dijo Simún con voz entrecortada.

-Intenta no inhalar mucho aire y tápate todo lo que puedas para que no te entre demasiado humo-respondió Calú.

Todo se oscurecía a sus alrededores sin saber donde estaba la salida, ya que, debería de aparecer otro arco de distinto color para pasar a la siguiente puerta y así hasta terminar los colores del arco iris, mientras que el último los transportaría directamente hasta el gran oasis de los perinolos.

Pasaban lo días y yo seguía ahí abajo intentando pasar inadvertida por los demás habitantes de la antigua ciudad de Arsa, y ellos planeaban la gran lucha que mantendrían con los demás habitantes de aquel extraño mundo en el que muchos perecerían.

Mientras tanto, los demás iban de camino hacia el gran oasis, atravesando el lago por el arco iris, desafiando cada peligro que conllevan los siete colores.

-¡Cuidado con el fuego Andrea!-dijo Ana esquivando una montaña de fuego.

-Ya falta poco para atravesar el color rojo y adentrarnos en el naranja, ese quizás sea más fácil-dijo Duende.

-¿Cómo sabes que lo pasaremos bien sin hacernos daño?-preguntó mi prima, cada vez más asustada por lo que se les estaba viniendo encima, la noche.

Ésta se acercaba lentamente por el oeste de aquel desconocido mundo, donde cada paso que se daba era completamente distinto al anterior y donde las criaturas que lo habitaban resultaban más extrañas y fascinantes.

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⏰ Last updated: Jun 10 ⏰

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VIAJE HACIA EL ARCO IRISWhere stories live. Discover now