Nueva ciudad, nueva vida(no)

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Cap.1

.Narrador.

Dos hermanos de otra madre acababan de llegar a la ciudad de Los Santos.

Un chico de no más de 23 años y 1.64cm, con una camiseta blanca apretada dejando ver su trabajado cuerpo, una chaqueta un poco ancha roja y unos pantalones verdes estilo militar, unos ojos azul cielo preciosos y una cabellera rubia mezclada con una hermosa cara de ángel, aunque no era para nada un ángel, todo lo contrario y unas curvas perfectas en su cuerpo. Ese era Gustabo García, con b de bombón.

Acompañado de un chico de su misma edad, 23 años, y de 1.68 cm, con unos pantalones un tanto extraños y extravagantes junto a una camiseta blanca, unos ojos bicolor y una cresta color rojo. Una cara bonita y cuerpo bastante marcado con curvas, no tanto como el rubio, pero bastante bien. Ese era Horacio Pérez.

Los dos estaban bajando del avión en el que habían llegado a aquel lugar tan popular. Pero no era de forma positiva.

-Horacio, ya hemos llegado a Los Santos!- gritó emocionado el rubio-

-Si, tío, hemos llegado!- respondió el de cresta abrazando a su hermano de otra madre con emoción-

-Bueno, si no recuerdo mal, nuestras cosas las tenemos que recoger en...Ahí, vamos corre- dijo el rubio, el de cresta cogió de la muñeca a su hermano y lo arrastró hacia aquel lugar-

Recogieron las maletas y llamaron a un taxi el cual los llevó, amablemente, a un hotel barato. Pero era lo único que se podían permitir pagar, de momento.

-Buenas tardes, señores. Que necesitan?- preguntó la recepcionista al verlos entrar-

-Buenas tardes, una habitación para dos disponible?- preguntó el rubio amablemente-

-Claro, la habitación número 202, piso 2. Aquí tienen la llave- ofreció la llave al rubio el cual la cogió-

-Cuánto sería cada noche?- preguntó un poco angustiado Gustabo, pero no se le notaba-

-Serían 150 la noche, señor, puede pagar ahora y hacer un plazo del tiempo de su estancia o puede pagar el momento en el que decidan marcharse- informó amigablemente con una sonrisa-

-Pagaremos en el momento en el que nos vayamos, muchas gracias, señorita- respondió feliz por la respuesta sin quitar su amabilidad el rubio-

Horacio y Gustabo se dirigieron hacia las escaleras para subir al piso 2. Al llegar, empezaron a buscar su habitación, recorriendo el pasillo puerta por puerta.

196...

197...

198...

199...

200...

201...

202!

Al encontrar su habitación, la abrieron y entraron directamente. La habitación estaba un poco sucia y destrozada por algunas partes, pero habían vivido en peores lugares, así que, eso era un lujo para ellos.

-Bua...Mira Gusnabo!- le dijo el de crestas señalando aquella espaciosa cama- Una cama enorme para los dos!- dejó sus cosas a un lado y se tiró en la cama-

-Es cómoda? Quieres algo para que lo sea? Necesitas dormir encima mío? Quieres una chaqueta?- le preguntó el rubio acercándose a él-

-No, gracias Gusnabo. Creo que voy a dormir un rato, el viaje ha sido muy duro. Cuando esté la comida me puedes despertar porfi?- dijo el de ojos bicolor medio dormido- Y ya recogeré la maleta y todo eso...- se quedó dormido-

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