1918
La luna blanca se coronaba en el cielo como el astro más hermoso de la noche, bañando las rosas de la mansión con su gélida luz. Los pasillos de la gran casona sin una sola alma y en completa oscuridad. El silencio era tan profundo que se escuchaba el ulular del viento y el canto de un búho a lo lejos en el bosque. Los criados dormían plácidamente en las habitaciones más alejadas del ala este, mientras los principales miembros de la acaudalada familia continuaban en su tranquilo sueño en las habitaciones del segundo piso.
Sin dudas una noche hermosa y completamente común. Nadie hubiera podido predecir el acontecimiento sobrenatural que perturbaría el descanso de uno de los habitantes de la Mansión de las Rosas. Mucho menos aún se imaginaron la terrible desgracia que les sobrevendría a la noble familia Kim, marcando dolorosamente sus vidas.
Kim Taehyung reposaba en su cama con la confianza de un niño. Tiernos y gentiles sueños lo envolvían pues soñaba que en sus brazos dormía el joven que se había convertido en el objeto de sus afectos. En su mundo onírico, casi era capaz de palpar la vida que tanto anhelaba tener a lado de tan preciosa criatura.
Jeon Jungkook, un huérfano desafortunado que en su corta vida ya había protagonizado muchas penurias, pareciera que el destino le sonreía por primera vez al haber sido apadrinado por los Kim. El joven heredero de la familia se sentía desbordar de alegría en su corazón, pues si bien ellos se habían conocido en posición de sirviente y amo, la vida les había concedido la oportunidad. En las nuevas circunstancias, un futuro juntos se notaba tan a su alcance que no había dejado de pensar en el dulce joven ni por un segundo. ¡Cuán dulce le parecía la vida!
De pronto un aire gélido recorrió su cuerpo arrancándole de sus idílicos sueños. Con el entrecejo fruncido y una mueca que mostraba su descontento por haber sido despertado, miró hacia la ventana. Contrario a lo que creyó, estaba cerrada. El instinto lo alertó, expresando su intranquilidad en un semblante angustiado. No estaba solo, lo sabía. Miró en la oscuridad densa de su habitación y guardó un profundo silencio para ver si lograba escuchar algo, pero no oyó nada. Decidió entonces levantarse, recordaba haber dejado un candelabro en el estante.
Mientras se movía en las penumbras no podía quitarse la sensación de que era atentamente observado y en todo momento la inquietud lo acompañó. Las manos le temblaron mientras intentaba encender las velas, y una vez hubo logrado encender todas ellas, tomó el candelabro para buscar en la habitación a quien se escondiera en las sombras. No tardó mucho en divisar a su visitante.
—¡Jungkook! Pero qué susto me has dado, niño travieso. ¿Por qué estás allí de pie a oscuras y no has venido a acostarte conmigo bajo las sábanas? ¿Acaso has vuelto a tener pesadillas?
El pequeño muchacho se encontraba dándole la espalda, sentado en postura rígida en el sillón junto a la chimenea. Taehyung trastabilló un tanto al notar que estaba en camisón y no llevaba bata alguna para cubrirse. En ese momento recordó que él estaba en las mismas condiciones y creyó conveniente prestarle una bata de su armario al chico y colocarse una el mismo también. Sin embargo no fue capaz de moverse en dirección al ropero. Los segundos habían pasado y Jungkook aún no le respondía, seguía sentado en esa postura tan formal e incómoda. Lo supo tan sólo al contemplarlo unos segundos más.
—Tú no eres Jungkook...
El aludido se levantó del sillón y se dio la vuelta mostrando una expresión seria en su rostro. La cara era la misma, los cabellos y los grandes ojos también, pero ese ser no era el inocente joven que él conocía. Cualquiera habría creído que quien acompañaba al heredero Kim en su habitación era el mismísimo Jeon Jungkook, pero no Tae. Él no podía ser engañado por aquella criatura. "Jungkook jamás podría poner una expresión tan sombría y fría como esa".
Miró con cautela y atención al ser, porque su bien ya había descubierto que no era su amado, le resultaba vagamente familiar. Ya había visto en otra ocasión aquella expresión. En algún recuerdo del pasado, en algún momento de su infancia.
Cuando por fin hubo recordado a quién pertenecía aquel rostro, el candelabro resbaló de sus manos y la habitación quedó a oscuras. La respiración del joven se aceleró y su cuerpo entero tembló con violencia. La ventana se abrió de golpe corriendo las cortinas y dejando paso a la luz de luna y al frío viento otoñal. Taehyung no temblaba por el frío, la razón de su terror comenzaba a caminar hacia él, y este era incapaz de moverse.
—¿Ya nos habíamos visto antes no?
Había logrado articular una pregunta. La criatura sólo contestó con un lento asentimiento.
—Ese día en el jardín... el día en que murió mi madre... ¿tú estabas ahí, verdad?
De nuevo un leve asentimiento fue su única respuesta, pero fue suficiente para que el incremento de su temor se disparara. La garganta de Tae se secó y su vista comenzaba a sentirse nublada por las lágrimas.
—Eres la muerte.
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𝐿 𝑜 𝓋 𝑒 𝓇 𝓈. Taekook
Romance---・ 。゚† ・ ¿Hasta dónde seguirías a quien más amas? Jungkook y Tae solo saben que desean estar juntos para siempre. -------- -------- ・ 。゚† -------- -------- "𝐿𝒶 𝓂𝓊𝑒𝓇𝓉𝑒 𝓂𝑒 𝒶𝓃𝒹𝒶 𝒷𝓊𝓈𝒸𝒶𝓃𝒹𝑜, 𝒿𝓊𝓃𝓉𝑜 𝒶 𝓉𝒾 𝓈𝑒𝓇í𝒶" ...