°•°•Un trago más°•°•

One-shot

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Aquel día pidió específicamente que, nadie, sin excepciones, fuera a la oficina, a todos los, saco de onda, pero bueno era una orden directa del "jefe" Nadie, debía siquiera, llevarle la contraria, al menos que quisieran terminar con un kilo de sal de mesa arriba de la cabeza, completado con un golpe en las costillas, por ello no existió reprimendas.

 Reigen ahora se encontraba sentado encima de su escritorio posando desdichado, tomando a fuerzas de una botella de alcohol, sus mejillas pintaban de carmín, luciendo un cabello desordenado y esponjado, un pequeño hilo de saliva escurriendo de su boca, le daba aspecto de alguien demente, una canción se repetía constantemente desde la computadora "Shut up" Realmente agradecía no saber inglés.

-Échame otro trago para olvidarme el recuerdo de ese amargo amor- Hablo Reigen tontamente ebrio, mientras se servía así mismo, cerveza en un vaso -¡¡Gracias!!!- Grito alegre tomando todo en un sorbo y azotando el vaso de cristal contra la superficie, haciendo que varios pedazos de vidrios quedarán esparcidos en el escritorio.

-Vaya al menos tengo una decoración linda y brillante como yo- Sonrió orgulloso para después quitar los pedazos de cristal con sus manos, varias gotas de sangre mancharon el lugar, sin embargo, no le importo, con los pedazos en sus manos los tiro en el bote de la basura.

De mala gana, camino a pasos torpes para subir el volumen a la canción, llegando a bailar de manera errática, era su momento libre debía disfrutarlo; No debía preocuparse en pensar los problemas o recuerdos tristes, estaba solo él, en aquella oficina...

Vaya eso sonó aterrador.

Se detuvo en seco mirando alrededor, se encontraba realmente solo, puso sus manos heridas tapando sus ojos. Oscuridad y húmeda por la sangre ¿Acaso morir es eso? Que aburrido, quito sus manos con cuidado, tratando de quitar los rastros de sangre con una servilleta húmeda.

En otras ocasiones estuvo en constante peligro de muerte, se la pasaba el tiempo con personas extrañas amenazándolo o espíritus queriendo matarlo, por suerte tenía a Mob, quiensiempre lo cuidaba.

Genial ahora recordaba porque bebía, se dirigió lento hasta el escritorio para tomar la botella del cuello y espinárselo en la boca pasando así la garganta, tan amargo que le daba un sentimiento reconfortante, necesitaba olvidar todo, incluso si tuviera la posibilidad de golpearse para no recordar, aceptaría sin dudar.

 La culpa lo empezó a invadir indagando en su mente; Era un adolescente de apenas 14 años se supone que lo consideraba como un hijo que debía guiar con sus consejos "Baratos o motivacionales" Lo conocía desde que era un niño inseguro y temeroso de sus poderes ¿Por qué tendría miedo? Es tan maravilloso, así como es, no necesitaba cambiar nada, o bueno eso pensaba Reigen.

Reconocía con facilidad las emociones de su discípulo, conocía la manera de calmarlo, técnicamente era un experto en conocer todo de él, sabia que amaba la leche, el takoyaki, ramen... No es coincidencia que lo invitara a comer a sitios que tuvieran esos alimentos (Aun si fueran lugares de dudosa calidad, quizás algún día le cocinaría algo). 

Sabía que Mob era pésimo en deportes o en matemáticas, sin embargo, siempre trataba de superarse así mismo, su comportamiento es de alguien amable y sinceró, tomo pausa aclarando su garganta, que incómoda situación.

¿Bebió para recordarlo u olvidarlo? 

 Miro nuevamente alrededor suyo, se odiaba, así mismo por pensar esas cosas, pero no podía evitarlo le resultaba adorable y atractivo todo de Mob, su comportamiento, serio a la vez tímido lo volvía loco, sus gestos lo hicieron fantasear más de una vez, la forma en que lo trataba; Siempre se consideró así mismo una basura mentirosa ¿Por qué ahora le importaba la opinión de ese "Adolescente inseguro"?