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Dos días de vacaciones después...
04/07/2014.
06:45 am.

Es hora de levantarse me repetía una y otra vez, vamos, arriba Esther, debes ir a trabajar... Un ratito más por favor, mi cuerpo necesita más horas de descanso, no creo soportar tanto tiempo así.

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5 minutos después tomé el valor necesario para levantarme de mi hermosa cama matrimonial, está es una vida muy complicada para una adolescente de 14 años, pero a quien quiero mentirle, me gustan los retos...

A los cuarenta y cinco minutos después ya me encontraba vestida casualmente ya que no tenía los ánimos suficiente para usar mi comúnmente chaqueta ejecutiva negra y mis más que notablemente altos tacones de punta gruesa, sí, mi vida es un poco tramitada a una mujer de 25 años con una carrera completa y un titulo universitario, pero no, apenas llevo 3 días de vacaciones y acabo de pasar a mi penúltimo año de educación media diversificada. 

Tomo mi batido de Cerelac con Cambur y me dirijo a mi pequeña y acogedora oficina, situada en la 23 con 7 de noviembre, llego 10 minutos antes de mi horario laboral, así que tengo el tiempo suficiente para revisar el correo y organizar las actividades que realizaré el día de hoy. 

-¡Wow, será un día largo, y más considerando que me he acostado el día de ayer a la 01:15 am viendo películas con mi hermana mayor Estefany!

Empieza mi día no tan divertido, y a un cuarto para las doce ya puedo liberar mi vista de la computadora porque he culminado una gran cantidad de trabajo, así que decido tomar mi hora de descanso unos minutos antes, a fin de cuentas, ésta oficina durante este tiempo parece mi casa rentada de ocho a seis. Escucho música y reposo mi cabeza 20 minutos antes de que mi alarma suene y me indique que debo regresar a mi escritorio y continuar con mi trabajo... 

El día continua sin mayores incidencias.

A las 6:30 pm ya me encuentro en mi pequeña casa y mi hermana me indica que debemos ir al cumpleaños de Natasha, así que decido no cambiarme, o sea X, son solo amigas las que estaremos allí. Nos dirijimos a su casa y nos ponemos a charlar como rutina entre amigas, en ese momento el timbre suena e indica que alguien mas desea unirsenos, yo me quedo sentada, estoy muy agotada como para dirigirme a abrirle la puerta a alguien que no conozco, así que se levanta Andrea.

En ese momento entran tres chicos a la casa, amigos de John Daniel, un chico del salon de mi hermana y sus amigas, en ese momento lo veo...

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora