Capítulo 1

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Londres 1819

Querido lector,
Otra temporada ha llegado a Londres. La alta sociedad ha regresado después de pasar la temporada baja en sus respectivas propiedades en el campo.
Esta autora sólo podrá observar otra vez desde las sombras cómo las ambiciosas y persistentes mamás de la sociedad exhiben una vez más a sus debutantes con la esperanza y algunas con la desesperación de encontrar un marido compatible esta temporada.
Me pregunto...¿Quién será nombrado el diamante de primera agua mañana en la fiesta de presentación?
Este autor también oyó que las damas de la casa Featherington han regresado hace una semana con una herencia suficientemente grande para consolarlas del escándalo del año pasado. ¿Deberíamos preguntarnos, con una gran dote a la mano, Penélope Featherington, el alelí de esta sociedad, sería parte de las fantasías de los solteros más codiciados de la alta sociedad o se consagrará con solterona al final de esta temporada?

Eso ya lo veremos.

Con cariño indiscreto
Lady Whistledown.

Penélope guardo el pergamino donde había escrito su última publicación para Whistledown, se preparó y salio hacía la boutique de Madame Delacroix quién la recibió cálidamente.

- Haré que lo impriman está noche, mañana por la mañana estarán rondando las calles- le dedico una sonrisa. - Usted no vino con sus hermanas y su madre a buscar nuevos vestidos para esta temporada ¿Ya tiene algunos o quiere hechar un vistazo?

- La verdad es que vine por tu asesoría Madame aparte de dejar el pergamino...- hablo con determinación.

- ¿Quiere decir un cambio de guardarropa y look?- la sonrisa de la mujer se ensancho, Penélope era una mujer hermosa escondida debajo de una baja autoestima y vestidos de colores estridentes que su madre la obligaba a usar.

- Sí, he tomado la decisión de hacer un cambio y mi madre lo apoya. Necesito encontrar un marido está temporada...

- ¿Debo suponer que sucedieron cosas buenas en su estancia fuera de Londres, señorita Featherington? - arqueo un ceja. -¡Estaré encantada de ayudarla!¡Está temporada brillará más que cualquier otra dama con mi ayuda!- declaró.

Madame Delacroix se tomó tan en serio ayudar a la pelirroja que cerró su boutique por el resto del día para prestarle toda su atención. Buscaron cortes y colores favorecedores para sus nuevos vestidos que resaltaran sus rasgos más llamativos y no escondiendolos, encontraron la forma de peinar su hermoso cabello para que cayera en una cascada de rizos encantadores y que no pareciera un nido de algun parajo hasta consiguieron adornos para este y joyas para armonizar todo.

Penélope no podía creer que la mujer frente al espejo era ella, había reconstruido su autoestima y confianza gracias a su tía Margarita durante su estancia en su hogar, pero sentía que faltaba algo para poder sentirse totalmente comoda con su reflejo ya había hecho el trabajo más difícil, el mental, sin embargo faltaba el físico.

Ahora Penélope Featherington, el alelí, la mujer declarada como incansable por un Bridgerton, la que nunca invitaba a bailar a menos que sea por compasión estaba lista para enfrentarse a la despiada alta sociedad.

- Estoy lista...- dijo con lágrimas en los ojos y una gran sonrisa-.

Malcom de Northumberland

Malcom suspiró mientras el carruaje lo dirigía hasta su propiedad en Mayfair. No le apetecía nada estar en Londres, odiaba a la gente hipócrita y la alta sociedad de Londres estaba llena de estás sin embargo no le queda otra que sumergirse en ella para encontrar una esposa, necesitaba una esposa, necesitaba un heredero para su legado familiar.

Su amada madre tenía razón, no se estaba volviendo más jóven acababa de cumplir 32 años y todavía no tenía a su heredero, era una gran suerte que siguiera vivo luego de tantas sangrientas batallas en las que participó. La última casi le costó la vida abriendole los ojos, no podía dejar su título, su gente y su familia en la cuerda si dejaba este mundo.

La persona que asumiría su cargo sería un primo lejano de su padre, un hombre ambicioso y malvado. No podia jugar con el futuro de sus personas importantes, él era su protector y señor no podía traicionarlos de esa manera.

Está temporada encontrará una esposa, alguien amable y capaz de llevar los deberes de una gran Duquesa.

No pedía amor, no estaba seguro de poder darlo. Se había cerrado tanto a lo largo de los años que dudaba poder desnudar su alma a alguien y darle su corazón solo deseaba un matrimonio tranquilo y sin problemas.





La escritora anónima y el gran duqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora