26- Todo comenzó en Madrid.

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Y con lágrimas brotando de sus ojos, Rodrigo respondió;-Sí, Iván. Voy a ser tu novio.

Sin controlarlo, Buhajeruk comenzó a llorar.

Unieron sus bocas en un apasionado beso, lleno de amor y deseo, combinado con el sabor salado de las lágrimas de ambos, nada importaba en ese momento.
Eran ellos dos solos en el mundo, bajo la noche estrellada de Madrid.

Se separaron por la falta de aire e Iván aprovechó para hablar;-no puedo creerlo.

-¿Qué cosa?

-Que hayas dicho que sí-sonrió.

-¿Por qué no le diría que si al hombre más hermoso que conozco?-rodeó el cuello ajeno con sus brazos, Iván envolvió su cintura.

Rió-porque no soy vos, Rodri. Sé que mereces a alguien mejor.

-Vos sos lo mejor, Iván. Sé que sos lo mejor.

Se envolvieron en un abrazo cálido, que podría ser infinito y a ninguno de los dos le molestaría.
Estaban comenzando con un capítulo nuevo en su vida, un antes y un después, específicamente para Iván.
No solo era nuevo en esto de estar con un hombre, sino que también era nuevo en amar y ser amado.

Jamás se había sentido amado de esa forma. Rodrigo le había mostrado que el mundo no era del todo gris.

Sus padres se habían encargado de hacerle entender que la vida no tendría color para él, pero Carrera le hacía ver todo de una forma tan distinta. El castaño era un arcoíris en un lugar triste y vacío, un arcoiris que podía contagiar sus colores a los demás, y eso hacía que Rodrigo sea tan especial.

Iván amaba cada parte del ojiverde, desde su facilidad para expresar lo que siente hasta su absurdo miedo a las arañas. Todo lo que formaba a Rodrigo era digno de ser amado.

Se estaba esforzando tanto para cambiar porque sabía que ni cruzando todos los mares y océanos del mundo iba a encontrar a alguien igual. Alguien tan puro con tanto amor para dar.

Realmente quería dar lo mejor de sí, porque Rodrigo se lo merecía.

Y no lo lastimaría nunca más.

En cuanto al castaño, aún tenía miedo sobre algunas cuestiones. Jamás había tenido una relación seria, la mayoría de hombres que conoció fueron solo de encuentros sexuales y ya. Debería aprender a mantener una pareja, sería toda una experiencia nueva.

Ambos comenzaban de cero con esta nueva etapa, pero lo bueno es que lo hacían juntos y eso era todo lo que valía.

Se separaron luego de unos minutos y se miraron fijamente a los ojos, los cuales brillaban más que todas las estrellas del cielo.

Retomaron la caminata pero para volver donde estaban sus amigos, con una sonrisa cómplice en los labios.

—¿Hay algo que nos quieran contar?—preguntó Germán en tono burlón.

—Si wey, diganlo—animó Osvaldo.

Se miraron y rieron entre ellos, aún tomados de la mano.

—Les presento a mi novio Iván Buhajeruk—dijo divertido. Germán y Osvaldo estallaron en gritos de emoción, mientras que Matías miraba desde lo lejos con orgullo.

Santiago lo único que hizo fue guiñarle el ojo a su amigo de pelo negro. Oficialmente podrían hacer citas dobles.

—¡Abramos el whisky para celebrar!—apareció José con la botella en la mano.

—Mañana tenemos una reunión, José...—se iluminó pues recordó que tenía algo que decir—chicos, chicos... todos tenemos una reunión mañana—informó—bueno, Unicornio y Santutu pueden esperar afuera, pero ustedes tres tienen que estar sí o si.

—¿De qué se trata, Matías?—preguntó curioso Iván.

Los manager se miraron entre sí;—vamos a tener casa Madrid el año que viene. No nos costó nada cerrar este trato, lo hicieron todo muy bien.

—Yo no me sumo el año que viene, tengo otros proyectos a realizar, lo siento amigos...—dijo apenado Osvaldo.

—Está bien, Valdo—consoló Iván.

—Tengo alguien en mente—comentó Rodrigo.

—Guardalo para mañana...

—Bueno, Mati, gracias por avisarnos.

—Hasta mañana, yo ya me voy a dormir—saludó Matías.

—Te sigo—acompañó José—hasta mañana.

Los cinco chicos dijeron ‘buenas noches’ al unísono.

—¿Este día puede ser mejor?—preguntó Rodrigo mirando fijamente a Spreen.

—Falta que te dé un anillo—bromeó el azabache.

—Podés darme otra cosa—guiñó un ojo el castaño.

—Ya wey, a chingar a otro lado por favor...

Todos rieron, siguieron charlando de otras cosas.
Las miradas de ambos protagonistas cruzaban de vez en cuando, y una sonrisa involuntaria se formaba en la boca de los dos.

Simplemente enamorados.











enemies - rodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora