No es normal olvidar mi nombre, ¿verdad?.
No estoy seguro porque no recuerdo qué es normal.
Creo que mi nombre es Build.
Me gusta el nombre Build. Se siente bien decirlo.
Las cosas que se me ocurren, como destellos de déjà vu, son bastante aleatorias. Recuerdo lentejuelas, muchos vítores y champán, antes de que todo se quedara en blanco.
Recuerdo a un hombre, pero su rostro es una mancha olvidable.
Cuando cierro los ojos para concentrarme, noto que mis dedos todavía parecen saber tejer y hacer crochet. Vaya, eso es útil en el momento actual.
¿Cuál es mi momento actual, preguntas?.
Estoy sentado en un banco del parque con un short demasiado corto y camison rosa bajo un cielo brillante y sin nubes.
¿Mi nombre, dónde vivo, qué año es, mi estado civil? Olvidado.
Creo que todavía puedo escribir, pero no recuerdo mi inicio de sesión en ninguna red social.
Lo cual realmente no importa porque tampoco recuerdo la contraseña de desbloqueo de mi teléfono. La contraseña sería inútil de todos modos, ya que parece que no tengo mi teléfono.
Eso sería útil ahora mismo, ya que podría usar mi teléfono para llamar a emergencias.
¿Pero sabes que?.
Tengo esta extraña sensación de que no quiero llamar a nadie. Mi cabeza dice: "Tal vez esté bien no saber quién eres, al menos por un tiempo".
¿Tiene sentido?.
Lo sé, es contradictorio. Sé lo que debo hacer. Debería encontrar un oficial de policía. O un departamento de bomberos. O un hospital.
Pero hay un problema. Mi cerebro parece exhibir una aversión innata a la palabra "debería".
Pensar en los "debería" en esta situación me hace sentir ganas de hacer lo contrario.
Un sutil cosquilleo en la columna me dice que me mantenga oculto.
Voy a seguir mi instinto.
La hora del día debe ser la mañana; Veo gente haciendo fila afuera de esta elegante cafetería cercana. El nombre grabado en el cristal de la tienda dice: "Peace Coff".
Miro a mi alrededor en busca de pistas sobre en qué ciudad estoy. El letrero de la calle dice Pathrak Avenue.
Parece demasiado cálido para ser Pathaya.
Oh, pero aparentemente la geografía no me ha abandonado.
Menos mal que estoy abrigado, porque este short no deja mucho a la imaginación. Incluso con una bata de satin encima de esta cosa, mis piernas dicen "¡hola mundo!" Qué extraño, no me da vergüenza estar así en público. ¿Debería?
Debería estar enloqueciendo y buscando algo que me cubra, ¿verdad?.
Está esa palabra "debería" otra vez.
Pero alguna voz distante en mi mente no está tan preocupada por eso.
No me importa.
¿Por qué no me importa?.
¿Estoy tomando antidepresivos? Difícil de decir. No llevo un bolso encima, así que no hay forma de saber si las pastillas recetadas son lo mío.
Sin bolso, sin teléfono, eso significa sin billetera. Lástima, porque me vendría bien un café ahora mismo.
Esta cafetería parece cara pero, maldita sea, huele bien.
Odio ser ese chico que se sale con la suya simplemente siendo lindo y medio desnudo, pero tienes que entenderlo. No sé mucho ahora, pero sí sé que necesito un poco de café. No me siento con derechos sino que espero depender de la amabilidad de extraños.
Voy a ponerme en esa fila y ver qué pasa.
