— Me mentiste tan descaradamente.— Por favor escucha, Kass, yo no quise mentirte ni mucho menos jugué contigo.
— Yo ya no te creo ni una mierda, confíe en ti, te quise, te abrí las malditas puertas a mi vida, das asco.
— Yo a ti te quiero, me callé para no lastimarte más de lo que ya estabas, por favor solo dame 5 minutos para poder explicar todo.
— Te odio con la misma inmensidad que una vez te quise y anhele, maldigo la hora en que te conocí, no quiero volver a verte nunca más.
— Kass...
— Pero miren a quién tenemos por aquí.
Sentí una gota de sudor bajando por mi frente al oír aquella maldita voz que se me hace tan conocida, la voz que me persigue en mis pesadillas cada noche desde que ocurrió mi desgracia.
Lentamente me volteo y un jadeo sale de mi al ver su rostro que aquella noche estaba cubierto con un pasamontañas pero es la voz. Es su asquerosa y maldita voz.
El monstruo me sonríe tan repugnantemente que me dan ganas de vomitar.
— La princesita con el coño y culo más apretado pero delicioso del mundo.
Y justo ahi. Me volví a romper en mil pedazos.