»Control Total 🍷+18 [ Lizkook ]

🍷; 003

Al estar fuera del ojo de su familia, Jungkook caminó rápidamente hacia la pelinegra que ya estaba en el jardín, cruzada de brazos, mirando las rosas y dándole la espalda.

Jungkook se acercó a ella, tomo de su brazo y la hizo girar con brusquedad hacia él, quien la miro molesto.

—¿Por qué aceptaste este maldito matrimonio? — pregunto molesto, mirándola fijamente a los ojos.

Lisa lo miro y se soltó bruscamente de su agarré.

—No me toques — respondió molesta. Jungkook apretó sus manos en puños, mirándola.

—Entonces contesta...¿Por qué mierda no te negaste? — Lisa lo miro seria.

—¿Por qué debería de darte explicaciones? No eres nadie para mí — respondió casi con desdén.

—Cuida tus palabras — la señaló.

—Y tú cuida tu maldito vocabulario — respondió inmediatamente. —No eres nadie para hablarme de esa maldita manera, ni tampoco tengo porque darte explicaciones de mis decisiones, sino te gusta, cancela el compromiso, pero sé que tu padre te quitará la empresa ante tu desobediencia — finalizó.

Jungkook la miro fijamente con rabia.

—Cuando nos casemos, tendré que mostrarte quien es el hombre y jefe de la relación — dijo, casi en una amenaza.

Lisa lo miro.

—Claro, sigue pensando que eres tú — dijo, antes de empezar a caminar por el jardín, dejándolo atrás.

Lisa no estaba dispuesta a que ese idiota creyera que tenía algún tipo de poder sobre ella.

[ 🍷 ]

Pasaron algunos días después de haber sido comprometidos y de que Lisa se había enfrentado a Jungkook, desde entonces no lo habia visto, su madre y la madre de Jungkook habían decidido ser ellas quienes organizaban la boda, por lo que su madre a veces la llamaba, preguntando por ciertas cosas para la boda, ella le respondía cortante y sin interés.

Lisa siguió trabajando en su buffet de abogados, y hoy no era diferente.

Tomo de su taza de café, mientras revisaba los documentos del nuevo caso que administraría. Dejo su taza y leyó detenidamente las evidencias en contra del demandado.

El resto de la tarde se la paso revisando el caso y contactandose con el cliente, acordando un día para poder reunirse y escuchar su versión de la historia.

El teléfono de Lisa empezó a sonar con la llamada de su padre, bufó y acepto la llamada de mala gana.

—¿Necesitas algo?