3 SEMANAS DESPUÉS.
No es fácil ver como el brillo de su pelo y sus ojos se van apagando lentamente sin poder hacer nada al respecto. Pero no les queda otra opción, y así seguirá hasta... bueno hasta cuando sea. Pero Amaia no va a rendirse, siempre ha sido bastante cabezota y testaruda, no se le ha pasado por la cabeza ni por un momento la idea de que hasta ahí iba a llegar, todavía tiene cosas que hacer. Tiene sueños y gente a la que conocer y no descansará hasta conseguirlo. Cuando le dieron su primera sesión de radioterapia, no lo pasó tan mal. Aún le quedan bastantes pero está impaciente por curarse.
-¿Crees que lo conseguirá?- pregunta triste Serena.
-No sería justo que todo se acabara así.- contesta angustiado Lucho.
-El otro día oí en clase como se metían con ella por ser tan borde cuando vino a recogerme, pero ya nadie habla de ella.- comenta la joven.
- ¿Echas de menos que se metan con ella a sus espaldas?- pregunta muy extrañado.
- No es que me guste que se burlen, sino que es como si ya no existiera. Sus amigos no vienen a verla y ayer estaba en el comedor y se sentó sola. Últimamente solo quiere eso, estar sola.- En los ojos de la pequeña se vio un comienzo de lo que sería después un río de lágrimas. Antes de marcharse, fue capaz de decirle algo al joven que no olvidará.
- Yo no puedo estar a su lado y esconder que no me duele y que no pienso que este sea el final de todo. Pero tú eres más fuerte que yo. Cuídala, es la cosa que más quiero.
Al oír aquellas palabras, el joven se quedó helado. Nunca había visto a Serena de aquella forma. Sin pensarlo ni un momento se levanta y se dirige a la habitación de Amaia. Entra.
-¿No sabes llamar o qué?- replica molesta la muchacha.
-Perdona niña pija, ¿qué quería la señorita? ¿Qué le mandara una notita perfumada?- contesta en tono de burla.
-¿Qué quieres?-protesta la joven frunciendo el ceño.
-Hablar. Hoy vengo en son de paz.- La ve borde, era de esperar que estuviese triste o angustiada, pero no borde. Con él nunca está así, da igual lo que haga que siempre tiene una sonrisa para él.
-¿Qué te pasa?
-Estaba pensando, eso es todo. ¿Y bien de qué querías hablar?- no parecía muy por la labor de charlar.
-Amaia te conozco ¿qué te pasa?- insiste el joven.
-¿Qué me conoces? Lucho no me conoces. No tienes ni idea de nada sobre mí.- replica cabreada.
-Eres como un libro abierto. Tu plato preferido, la pasta y el chocolate. Odias que te llamen pija. Te gustan mucho los animales, así que, pues probablemente que de mayor seas veterinaria o bióloga. Lo que más te gusta, la navidad, aunque esta última, la has pasado en un hospital y te ha dado el bajón. No te da miedo casi nada, bueno una cosa, hacer daño a la gente, te da pánico. ¿He acertado?- la verdad es que la conoce bien, se fija en los pequeños detalles de la gente que le importa.
-No has dado ni una.- Miente Amaia. Está muy sorprendida de que sepa todo eso cuando ella nunca le ha comentado nada.
Lucho sonríe y sale de la habitación.

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TRAS LA PARED
Teen FictionPor que los mayores problemas, no son los que nos buscamos, si no los que suceden sin mas. Como lo solucionara Amaia? #Wattys2015