La Indicada Para Mi (+14)

CAPÍTULO Ⅱ: PROBLEMA EN CIUDAD AVENTURA (PT.2)

Ace_Autor: Qué les pareció el primer capítulo?. Yo siento que quedó decente, no se como lo vieron ustedes. Bienvenidos al segundo capítulo del libro, les agradezco el recibimiento que le dieron al libro. El libro se encuentra en el puesto #65 de [#pawpatrol]. Espero que este capítulo del día de hoy también les guste.

No olviden comentar ;)

Y ya sin más rodeos, disfruten el capítulo.

CAPÍTULO II: PROBLEMAS EN CIUDAD AVENTURA (PT.2)

Chase por su lado, trataba de mantener la calma, jamás en su vida había encontrado una situación igual en la que hubiese sangre frente a sus ojos. Ya no se trataba de alguna fractura o golpe como era de costumbre, era una herida profunda.

—Por favor, denle espacio para que pueda respirar —apartando a las personas, haciéndolas retroceder.

—¡Aagh! Duele mucho —se quejaba el joven del dolor, mientras Chase intentaba calmarlo.

—No, no se preocupe, todo va a estar bien, solo mantén la calma y trata de no moverte —dijo el pastor alemán acercándose preocupado al joven.

—Descuida mi amor, te vas a poner bien, tu eres fuerte —dijo una mujer. La chica aparentemente era la pareja del joven, quién evitaba a toda costa que él viera su llanto, temía lo peor.

—¿Dónde estás Marshall? —dijo observando a sus alrededores, buscando señales del perro bombero.

No fue cuando su nombre fue pronunciado con un grito, y dirigiendo su mirada a los cielos, pudo observar cómo dos siluetas flotantes se acercaban poco a poco.

—¿Los ves? —preguntó.

—¡Ahí está, Skye! —señaló el Dálmata con su pata.

La Cockapoo hizo zoom con sus goggles de aviación, y al localizar a Chase, ella descendió rápidamente teniendo cuidado de no soltar a su compañero, Marshall.

—Ya viene la ayuda, solo resiste —dijo el pastor alemán al reconocer las dos figuras que se iban acercando rápidamente.

Skye se colocó encima de Chase, y descendió dejando al Dálmata en tierra, quién rápidamente sacando su botiquín, se acercó al paciente. Pidiendo que le dieran espacio.

—Muy bien, déjame ver tu herida —toma un extremo de la camisa del chico, dejando así visible la herida—. Este chico necesita sutura y un hospital urgente —dijo el dálmata después de examinar la herida, que era un poco profunda.

—¿No puedes hacerlo tú? —preguntó uno de los ciudadanos.

—Soy un perro, no podría hacerlo por más que lo desee. Ryder, ¿me recibes? No sé que hacer, el chico necesita un hospital, es una herida grande —dijo a través de su placa.

—Dejame pensar, veré qué puedo hacer —dijo el joven preocupado, con una gota de sudor descendiendo por su frente, restregando sus manos sobre su cara.

Ryder estaba al borde de entrar en un ataque de ansiedad, la vida del chico estaba en sus manos. Los canes trataban de pensar en alguna solución, cuando de repente escucharon una voz que el trío reconoció.

—¡Chase, Skye, Marshall! —gritó una energética canina de raza dachshund, que se acercaba a lo lejos sobre su motocicleta color rosa coral.

—¡Liberty! —exclamaron al unísono, muy felices de ver a su amiga.