Trascurría la madrugada en las inhóspitas y lejanas tierras de la tribu Jabari. El eco sordo del golpeteo del báculo del rey cesó repentinamente cuando percibió los rápidos y fuertes pasos que se dirigían hasta su posición. Se notaba impaciente e inquieto. No era propio de él sentirse angustiado. A pesar de que los pasos eran rápidos, se sintieron dolorosamente lentos, hasta que por fin pudo ver a aquel que traía noticias asomarse a la puerta.
_ M'bele, dime por favor que pudieron llegar a tiempo... M'bele... _ Esperaba una respuesta que reafirmara los deseos de su corazón, que detuvieran el dolor que sentía en el pecho. Casi cómo una súplica, un ruego a Hánuma, al universo... _ ¿La encontraste?_ No podía descifrar la expresión de M'bele que mantuvo el silencio unos segundo, unos segundos que percibía cómo largos minutos, hasta que decidió responder.
_ Sígueme.
No podía ser bueno, no sabía que podía encontrar al seguirlo. Los pasos de lord Mbaku, aquel imponente hombre, que ahora se sentía como un pequeño niño corriendo a encontrar una respuesta que tal vez no quería descubrir.
_ Entra... hazlo rápido, decide rápido... sabes que no tienes tiempo ya.
_Gracias M'bele. Regresa al palacio, no tardarán en notar mi ausencia.
Habiendo dicho esto decidió enfrentar la situación. Apartó una gran cortina blanca de algodón que cubría la entrada a un recinto de mediano tamaño, cuyas paredes estaban formadas por piedras estratégicamente esculpidas, ubicadas con rustica y a la vez delicada perfección. Un recinto oculto al interior de la gran estructura donde habitaba el líder de la tribu y pocos lograban encontrar con facilidad.
En medio del recinto, la poca luz que entraba a través de la abertura en la parte superior, la luz de la luna llena que transitaba en el firmamento testigo del caos, vislumbraba una figura femenina que yacía sobre una colcha blanca dispuesta en el frío suelo, una figura que conocía muy bien, que estaba siendo asistida improvisadamente por dos mujeres de la tribu de la montaña. Dejó caer el báculo en un solo sórdido estruendo y corrió hacia ella, mientras las dos mujeres se apartaban para darle paso.
_ Oh mi querida Namora ¿Qué es lo que te han hecho?_ ; Sin previo aviso las lagrimas se deslizaron por sus mejillas y caían sobre el rostro de ella, que lo miraba con esos profundos ojos marrones oscuros, que antes aunque fríos, él lograba encontrarlos encantadores, pero ahora adoloridos descansaban por haber regresado a un lugar donde podía estar segura. M'baku sostenía su rostro con su temblorosa mano, aterrado de ver el estado en el que se encontraba.
Era tal su deterioro que no había podido articular palabra, su piel de un pálido y ahora enfermizo color azul, con una delgadez preocupante, sus vestiduras rasgadas. Su piel había sido cortada, lastimada y lacerada. Habían pasado dos mes desde su desaparición, aunque para los reinos ella había desertado. Alguna de sus heridas supuraban ¿Cómo había llegado a esto? ¿Cómo una guerrera de sus características había llegado a ese estado? Estaba empezando a llenarse de furia, rabia e ira, lo cual se deterioró en un segundo cuando escucho sus palabras.
_ M'Baku..._; con gran esfuerzo articuló el nombre del hombre que la sostenía, tomó la mano que reposaba en su rostro, la sostuvo con poca fuerza y con un tacto tembloroso e inestable debido al dolor, él la miraba estupefacto cómo la iba guiando hasta su vientre lastimado, que ahora prestando mas atención, podía encontrar que se encontraba henchido, una ligera curvatura se pronunciaba bajo su tacto.
_Tenía que regresar a ti_; pudo articular una sonrisa con dificultad, antes de desmayarse. Las mujeres lo apartaron rápidamente, necesitaba atención urgente. Mientras tanto la violencia amenazaba con apoderarse de los dos reinos, pero no entre ellos sino contra ellos.
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MAR Y TIERRA / NAMORA X M'BAKU
FanficCorre el rumor entre los pasillos que las palabras duras y las miradas frías no son lo que parecen. Aunque el ambiente es tenso y la sangre inocente podría correr gracias a un descuido, parece que una flor roja abre sus pétalos en el más frío de los...