En 2020 inicié una relación con una persona que me hizo mucho daño, como podrán darse cuenta, escribir y dibujar ha sido un escape para mis emociones. Escribí unos cuantos poemas y dediqué varios dibujos a esta situación, no sé por qué ahora quiero...
Esta es una compilación de los síntomas que empecé a generar por el estrés que me causaba esta relación.
En general tuve todo lo común, pero lo más alarmante para mi en su momento fueron estos tres sintomas.
Vómito:
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Sentía náuseas en momentos al azar, vomité varias veces en el colegio, salía de clases corriendo al baño, obviamente salía transparente por que no comía, pero el malestar continuaba.
Recuerdo una vez salir corriendo del laboratorio de química al baño, en el trayecto me encontré a Menta en el pasillo, luego me reclamó por no haberla saludado, pues perdón pero estaba más concentrada en vomitar en el baño y no en el salón o en el pasillo.
Espuma:
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Era normal verme llorar todos los días, ya era parte de la rutina, sea en el colegio o en mi casa, sola o acompañada, yo lloraba mucho (Menta odiaba eso).
Pero de mitad desde agosto o septiembre empecé a soltar espuma por la boca cada que lloraba, la cama, las almohadas y mi pijama terminaban llenas de saliva. Y si, podía evitar que saliera, podía retenerla en mi boca, pero como lloraba tan seguido sentía que me ahogaba en mis propias flemas y babas.
Sonambulismo:
Este es el más difícil de describir, no por lo triste o lo doloroso, sino por lo extraño que era, trataré de explicarme lo mejor posible.
Tendía a escribir o reenviar mensajes dormida.
Una noche me acostaba y al día siguiente había seleccionado dios sabe cuantos mensajes del chat de Menta al azar y los había reenviado a algún contacto, alguna vez fue a mi mamá, otra vez fue a una línea de ayuda psicológica que tenía agregada.
A veces le escribía a Menta dormida un mensaje que tenía predeterminado en mi cerebro "Duerme bien cielo, te amo, descansa"
-Me estresa que seas sonámbula
Tú crees que a mi no?
Para que calculen lo impresionante de la situación, el proceso para que yo tuviera que escribir o reenviar mensajes era: levantarme de mi cama, dar dos pasos para llegar al mueble donde mi celular estaba cargando, encenderlo, introducir mi contraseña, abrir whatsapp, escribir el mensaje o seleccionar los mensajes del chat de Menta, escoger el contacto al cual reenviarlos, y apretar enviar.
Todo. Eso. Dormida.
El caso, no saben lo aterrador que era acostarme a dormir y que al día siguiente hubieran mensajes en mi celular que antes no estaban, y por sobre todo, las consecuencias que traerían.
