Cap 3- Primero muerto

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Primero muerto°~
~•~

|Sonic|

Después de estar un rato combatiendo las olas y que todos en el barco hayan salido ilesos, el capitán me arrojó en el pequeño cuarto donde estaba desde el principio. Un cuarto que no era para nada digno de un marinero, mucho menos de uno de los mejores marineros del capitán Infinite, el mismo me había hablado pestes del erizo capitán del barco donde me encontraba.

En cada una de sus palabras me imaginaba a un erizo viejo regordete, que es de esos que solo se hacen llamar capitán para obtener el platillo con mayor cantidad de comida.
Pero vaya que me había equivocado, era un erizo con vetas rojas, vestiduras dignas, físico no tan fornido, pero a simple vista se notaba los resultados de sus ejercicios. Parecía ser bastante joven para ser un capitán, casi de mi edad, y por mi parte me faltaban años por ser un capitán, muchos años o tal vez seguiré siendo un marinero toda mi miserable vida. Aunque lo dudaba demasiado.

Todo un rato en esa habitación, sin comida ni agua. Por si puesto que me lo merecía, intente robar sus pertenencias con mis supuestos amigos que me abandonaron en esa misión. Malditos traicioneros. Hace un día que no probaba un bocado de comida, ni un sorbo de agua. Me sentía excelente, parecía ser más como si fuera otro de mis retos que nos ponía mi capitán en nuestra isla, los retos del hambre eran de los peores, aunque aún no llegaba al quinto día, pero los rugidos hacían presencia con regularidad. Lo único que tenía en mano era una piedra negra, que con trabajo mataba el aburrimiento de lanzarla hacia las paredes de madera que me impedían mi libertad. Lo único que oía eran las risas y diálogos que provenían de a fuera, también quería reírme.
Los exploradores pisoteaban las maderas de dónde estaba para que me molestara. Los ignore.

De pronto escuché el candado por fuera abrirse, me quedé en una esquina esperar quien sería.

—¿Tienes hambre?—Un erizo plateado, lo había visto entre los marineros. Preguntó sin entrar por completo—Te ves tan miserable.

—Por fin que alguien lo nota.

—Creeme, no intentes acostumbrarte—Sacó de un morral un platillo—Aquí tienes.

—¿Las sobras?

—¡Ja! Lo único que faltaba, limosnero y con garrote.

—Solo preguntaba—Rodé los ojos—¿Gracias...?

—Silver.

Se despidió al escuchar ruidos por parte del capitán, como si lo necesitará con urgencia. Salió con rapidez del lugar, en realidad no me lo esperaba. Comencé a comer las miserables sobras que me había traído, talvez era un malagradecido, pero no me creía capaz de no comer, mi estómago estaba que me mataba del hambre.

En un instante oí a varios de los marineros gritar, algunos golpeando fuerte el sueño, el capitán dando órdenes. Era claro que cualquiera quisiera salir e informarse sobre la situación, no podía hacerlo. Me tenía completamente encarcelado, lo único que podía hacer era escuchar sus alertas, escuchar como hasta algunos caían de alguna altura alta. Parecía haber un caos.

Incluso la pequeña ventana que divisaba al mar la había cubierto con madera de roble, un perfecto material para cualquiera que ni de chiste quiere liberarte.

Me puse cómodo en el suelo. Pero la comodidad duró poco, hasta que escuche...

La voz de mi capitán

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⏰ Última actualización: Jul 14 ⏰

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Two hedgehods, one ocean •|Shadonic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora