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MinSeok es consciente de su falta de sueño. Intenta conciliarlo mientras su mente vaga por recuerdos que no conoce. De sobra sabe que sus alucinaciones no son normales, que algo lo ata a la persona que aparece en ellas. No debería pensar en una vida pasada, porque para el hombre religioso, no existe la reencarnación.

Sin embargo, desde que tiene memoria se ha cuestionado innumerables veces, si todo lo que predica como un hombre de Dios, es correcto. Intenta cada día plantearse que lo mejor que le ha pasado es estar bajo el yugo del vaticano. Quienes le han enseñado lo que está bien y lo que está mal. Ha aprendido el arte de la palabra, predica con entusiasmo y siempre con el respeto que merece la palabra del Señor.

Pero, a lo largo de su vida y en esas ocasiones que ha escapado de las reglas estrictas del vaticano, ha podido leer sobre el mundo y cómo los libros lo describen. Tiene el conocimiento suficiente para cuestionar con pruebas que todo lo que dicen los diáconos no es del todo la verdad.

Aun dando vueltas en su mullida cama, siente una gran pesadez en su cuerpo, se levanta acalorado a pesar de no hacer bochorno esa noche. Su camisón de algodón cubre todo su cuerpo y, aunque la noche es fresca, el sudor adorna cada rincón de su piel.

Sentado en la cama y perdido en sus pensamientos, MinSeok observa cómo su alrededor empieza a cambiar poco a poco, el escenario que conoce desaparece y en su lugar, aparece en el interior de una choza de madera, el calor que siente es familiar y parece que está en casa. Alguien tararea una canción sin letra, curioso por el sonido, MinSeok se levanta de la cama, sus desnudos pies tocan la suavidad de la tierra.

Sumergido en la sensación, comienza a moldear la tierra debajo de los dedos de sus pies, se siente tan bien que no puede evitar sonreír. Una vez más, la voz cantante entra en sus débiles oídos, dispuesto a descubrir de quien se trata, deja atrás la agradable sensación y se encamina al lugar de donde proviene la extraña melodía.

Se tropieza de vez en cuando y siente que el camino es largo a pesar de saber que esa choza es pequeña. Abrir la puerta parece lejano y cuando lo hace, el frío se cuela entre sus delgadas prendas. Es extraño porque él puede ver que está dentro de la pequeña choza, sin embargo, el frío se siente demasiado real.

Sigue caminando, está hipnotizado por el cantar de aquella persona, se siente atraído por lo grave que suena la voz.

Quiere saber quién es la persona que se atreve a aparecer en sus alucinaciones.



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—¡No quiero ir!, ¡No puedes obligarme a ir!

Quejumbrosa y chillona voz, JongDae hace lo posible para sonar molesto ante su superior y amigo. Han decidido tomar guardias en el pueblo, principalmente para averiguar más sobre el nuevo lugar que limpiarán y segundo, para saber los movimientos de quienes se han instalado en el Orfanato Sperantei.

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⏰ Última actualización: Jun 09 ⏰

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TEMPUS || [LayHo/ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora