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Solo mordía fuertemente mi labio inferior, mientras me agarraba de la cama de estiramientos o sepa que madre sea esta.
Empezando a mover mis caderas de adelante hacia atrás, interceptando las penetraciones de Max justo en medio.
- Una jodida mierda, como te extrañe cariño - su voz era ronca.
- Ah Max - no pude evitar soltar cuando sentí como su miembro tocaba mi punto dulce.
- Shh pequeña, no queremos que nadie se entere que pasa por aquí - sentí sus estocadas empezar a acelerarse.
Mientras yo agachaba mi cabeza, levantando un poco más mi trasero, el cual estaba siendo estrujado por el neerlandés.
- Eres como una jodida droga, siempre quiero más de ti - mordió un costado de mi cintura y sentí como las piernas me iban a fallar.
Max dejó de moverse de repente, haciendo que yo lo viera enojada.
- Porque paras - dije indignada, mirando hacia arriba, topándome con la intensa mirada del rubio.
Me sonrió de lado, mientras pasaba sus manos por mis muslos, elevando una pierna primero, para dejarla sobre la camilla y después la otra.
- Para que no caigas - dijo arrogante.
Antes de que pudiera decir algo tomo mi barbilla, volteando levemente mi cara y tomando mis labios en un beso desordenado, invadiendo mi boca por completo con su lengua.
Lo sentí salir de mi y volvió arremeter en mi interior rápido y profundo, callando mi grito en el beso, empezó a marcar de nuevo el ritmo, mientras sus manos iban a mis pezones, pellizcándolos y apretando mis senos, el sonidos de las pieles chocar se hizo presente, sentía que me faltaba el aire, ante tan exigente beso y sin poder emitir algún sonido.
Max soltó mis labios y una de sus manos bajó por mi abdomen hasta llegar a mi zona íntima, empezó a estimular mi clítoris mientras seguía empujando en mi interior. Me mordí la mano, intentando acallar mis sonidos.
