два

850 79 14
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Colette era la acompañante terapéutica de Edgar, estaba con él cinco días a la semana, unas cuatro horas, la joven era muy amorosa, energética y le encantaba su trabajo, también le gustaba hablar al respecto y Fang aprovechó eso para saber más de Edgar y de su condición.

Muchas veces iba a la casa de Buster como excusa para ir a ver a Edgar, y le gustaba pasar tiempo con él y su acompañante, y se unía a lo que sea que estuvieran haciendo.

— Edgar... ¿Él será así toda su vida? ¿Todo el tiempo? — le preguntó un día, estaban en el parque, habían salido a una caminata, sólo ellos tres, y estaban descansando un poco, Edgar estaba en su mundo como de costumbre, y hacia un rato se había metido en medio de un partido de fútbol y tuvieron que apartarlo antes de que lo golpearan con la pelota sin querer, el joven no se había dado cuenta de nada.

Colette suspiró, y se acomodó un poco el mechón plateado de cabello que solía estar en su cara.

— Espero que no, sinceramente, él es muy disperso, y ya tiene dieciséis, esta grande, debería estar al menos un poco mejor, para que las cosas sean más fácil... Ya casi es un adulto.

— Porque si él sigue así va a necesitar de alguien que lo cuide toda su vida— dijo Fang —. Ni siquiera mira la calle antes de cruzar, moriría sin alguien que lo vigile todo el tiempo.

La chica asintió, haciendo una mueca, estaba trabajando en eso pero sin mucho éxito.

— Sí, pero él está muy difícil, es difícil de tratar... No se ha conectado con el mundo y creo que es porque nada del exterior le interesa, no tiene ninguna razón para estar fuera de si mismo.

— ¿No es porque le da mucho miedo? Es por eso que no se relaciona... Buster siempre dice que él ha confiado demasiado en quienes lo han abandonado que ya no quiere confiar en nadie más.

Colette negó.

— No, no, esa es una de las razones, y yo también lo pensé así al principio, pero es que Edgar nunca ha tenido ningún interés, ninguna razón para querer ser parte del mundo. Y una de verdad, no juntar cosas azules, no ver un programa de TV de estrellas.

SARANG ✿ FangarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora