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La alarma sonó abruptamente sobre la cómoda a un lado de su cama. La habitación era llenada por el molesto ruido, ¿pero qué cosa no era "molesta" a las 4 am? Rápidamente, silenció su celular, frotó sus ojos con ambas manos antes de encaminarse a la habitación de Hyunwoo, a una de sus dos revisiones nocturnas para saber si el bebé se encontraba bien.

Abrió delicadamente la puerta y se acercó lentamente a la cuna en la habitación. La luz de la luna se colaba entre las cortinas, dándole un poco de visibilidad en la oscuridad.

Hyunwoo lucía precioso. ¿En qué momento habían pasado seis meses desde que lo vió por primera vez? Sus abultadas mejillas, su piel pálida, los ojos ámbar y un par de cabellos que comenzaban a brotar. Definitivamente no se parecía a él -tal vez a Chan- aunque prefería que no fuera así, porque sería imposible dejarlo ir. Pasó un tiempo para que se diera cuenta que podía perder todo, su trabajo, tiempo, carrera profesional, todo; pero no sé permitiría perder a Hyunwoo, aquello sobre su cadáver. Lo observó unos segundos más, observando su tranquila respiración antes de dejar el cuarto. Quizás era uno de 'esos' días en los que Hyunwoo dormía toda la noche.

Salió silenciosamente de la habitación, cerrando la puerta con cuidado mientras se encaminaba a la sala, al parecer el sueño en su sistema había desaparecido. Observó la puerta de Bang Chan unos segundos con duda, inhaló y exhaló pausadamente para borrar aquellos pensamientos. ¿Y por qué se encontraban viviendo en el mismo lugar? Decidieron cuidar juntos a Hyunwoo unos meses antes de apuntar otra cláusula silenciosa. Fue lo mejor, ambos podían cuidar de él sin necesidad de estarse preguntando y charlando de más, era efectivo a su manera. Prefería aquello antes que su antigua casa. No era una opción, definitivamente.

Optó por sentarse en uno de los cómodos sillones de la sala. El silencio lograba llevarlo de vuelta a su estado de paz, en las noches lograba obtener más calma que en cualquier otro momento del día.

Se levantó a hervir agua en la cafetera, intentando no hacer ruido en el proceso. Unos segundos bastaron para que regresara a la sala, no sin antes sonreír nostálgicamente y sujetar la cámara sobre lo alto del mueble del televisor.

La encendió, agradeciendo que tuviera batería suficiente para ver algunas fotos en su tarjeta. No esperaba encontrarse con videos que creía ya no tener. Dió click a uno, esperando que comenzara.

-¡Hola hoooola! -Sonreía tanto que no recordaba haberse visto tan feliz tiempo atrás, su corazón dolió. La cámara enfocaba muy cerca de su rostro- Miren quien está haciendo la cena hoooooy -Apuntó la cámara detrás de él, un Chan con delantal negro cortando verduras sobre la barra de la cocina haciendo acto de presencia.

-¡Hyunjin-ah! ¡Borra eso! -En el video, Chan intentaba ocultarse tras la tabla de picar mientras se acercaba al -en ese entonces- rubio para apagar el dispositivo. En cambio, Chan lo sujetó del rostro y comenzó a besar sus labios con rudeza y diversión -estando la cámara encendida-, aunque enfocando mal.

-Bueno, esto no lo pueden ver -Suaves risas sonaron antes de que el video se terminara abruptamente.

Mientras tanto, Chan en un vano intento de conciliar el sueño por alguna extraña razón, se levantó a preparar un té, pero solo pudo entreabrir la puerta un poco antes de escuchar un ruido proveniente de la sala. Observó por el angosto espacio antes de verlo, era Hyunjin sosteniendo su preciada cámara entre sus manos.

Hyunjin continuaba pasando fotos tras fotos y un par de videos. Entre tanto, reprodujo un último video, no reconociendo la miniatura que aparecía en su galería.

-Miren que hermoso es -Chan susurraba y apuntaba a un Hyunjin en el suelo de la sala de estar en su antigua casa compartida, rodeado de pinturas, pinceles y lienzos, trazando delicadamente en uno de ellos. Giró la cámara de nuevo antes de

-No le digan a Hyunjin que este video existe y agarré su cámara, ¿okay? Bien.

Y fotogramas relativamente cortos comenzaron a reproducirse, en cada una de ellas aparecía Hyunjin. Las risas y diálogos banales eran parte del vídeo. Algunas tomas de lejos, otras un poco más cerca, unas más demostrando detalles de él. El pelilargo no lo creía, jamás había observado aquél video en su tarjeta. Los segundos finales eran de él bajo el último rayo del sol, en lo que lucía como un prado. Y como en el inicio, Chan terminó susurrando- En serio es precioso, yo ya gané, ¿cierto?

-¿Qué has dicho, Channie?

-Ah, nada, amor.

La cámara fue ocultada a la par de unos ruidos, después el video dió fin.

Hyunjin derribó aquellas barreras que había construido con tanto esmero en un par de segundos. Las lágrimas caían silenciosamente de sus orbes, haciéndose camino por sus mejillas y terminando en su mano y algunas sobre la cámara en su regazo. ¿En qué momento su vida cambió tanto? ¿Desde que momento lo hizo todo mal? No tenía idea, pero merecía todo lo que le había pasado. Lo habían amado de la manera en que toda su vida lo había deseado y tenía que ser tan estúpido para haber mandado todo eso a la mierda. De ser diferente su vida, jamás habrían sucedido ciertas cosas. Sí, quizás era un asco de persona.

El sonido de la cafetera interrumpió sus pensamientos, dejó la cámara en el sofá y caminó a la cocina. No lo sabía, pero Chan lo observaba a un par de metros, queriendo tomar la valentía e ir a consolar al pelinegro y sin saber cómo salir de su habitación, pero lo logró.

Hyunjin servía su taza de café, pero al percibir algo, soltó una maldición al mirar a Chan frente a la barra en la cocina. El mayor lo veía nervioso, Hyunjin intentaba ocultar el susto y pequeña quemadura que se llevó por la impresión repentina de verlo a mitad de la noche. Una tenue luz amarilla los alumbraba a ambos, sin saber que más hacer, Chan habló.

-Hyunjin, ¿estás bien? -El mencionado se quejó un poco por el ardor que sentía mientras colocaba su mano bajo el grifo del agua.

-No es nada, en serio -Afirmaba mientras secaba un par de lágrimas con su mano libre.

-Déjame ayudarte, Hyunjin.

Sin rechistar más, el pelilargo se dejó hacer, no podía negar que la quemadura ardía un poco, pero bien podría haberla tratado él.

El mayor sujetó su antebrazo de forma amable, guiándolo a su habitación y encendiendo una pequeña lámpara de mesa para lograr aliviar la herida.

Chan habilidosamente colocaba una crema y venda sobre su mano con cuidado, parando cuando Hyunjin soltaba algún pequeño quejido. El castaño sonrió, no recordaba lo dramático que podía llegar a ser Hyunjin.

El pelilargo logró mantenerse fuerte y no derramó ni una lágrima más en la noche, ni por la herida, ni por viejos recuerdos.

Al acabar, Hyunjin carraspeó, indicando que debía irse.

-Oye... -Sujetó el hombro del pelinegro mientras él se giraba a mirarlo.

-¿Mmh?

«Quédate» Era la única palabra que quería decir, pero su cobardía le impedía.

Observó a Hyunjin más agotado de lo normal, su apretada agenda laboral siempre lo hacía lucir cansado, pero no como ahora.

-Olvidalo, deberías ir a dormir.

-Bien.

-Adiós.

Y sin más, contempló su figura ocultándose en la oscuridad para luego oír una puerta cerrarse.

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⏰ Last updated: Jun 10 ⏰

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Shoganai | ChanJinWhere stories live. Discover now